Por jimena catrón silo
A pesar de la complicada situación financiera que vive Manuel Cruzat Infante, en Curauma sus principales ejecutivos están más que optimistas. Esto porque esperan que la junta de accionistas realizada el martes pasado sea la última antes de que se apruebe el nuevo Plano Regulador de Valparaíso, lo que afectaría de manera positiva a Curauma.
Según el presidente de la sociedad inmobiliaria, Juan Pischedda, el valor de los terrenos del fundo Las Cenizas puede crecer exponencialmente, tanto que el patrimonio de Curauma “de aquí a que se apruebe el nuevo plano y unos años más, debería ser del orden de los US$ 1.000 millones e incluso superior”, sostiene.
-¿Cuál sería el efecto del nuevo Plan Regulador en Curauma?
-La sociedad nació teniendo terrenos privilegiados, que son los del fundo Las Cenizas y que pretenden tener un rol destacado en el desarrollo de Valparaíso.
-Al igual que en Barcelona, donde se decidió que exista una zona básicamente portuaria y turística, para llevar el centro cívico detrás de los cerros, en Valparaíso se debiera hacer lo mismo. Así, será una ciudad eminentemente universitaria, turística y portuaria, mientras que la ciudad cívica estará en Las Cenizas.
- Pero llevan bastante tiempo con esa promesa
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-Si no se aprueba sería una locura, llevan 15 años con eso. Esto debiera ocurrir muy pronto, porque hemos conversado con el intendente y el alcalde, con quien estuve hace tres días y no existen razones para que se siga retrasando. La aprobación del Consejo Regional (CORE) ya se produjo, y ahora sólo falta la aprobación de la Contraloría.
- ¿Y que sucederá con las tasaciones?
-Habría que contratar nuevas, porque el 44% de los nuevos terrenos los aporta Las Cenizas.
-¿Qué pasa con el valor de ellos?
-Se elevan exponencialmente. El mercado va a decir cuánto valen, pero son terrenos planos de 1.500 hectáreas, con un sólo dueño, por lo que pensamos que tendrían las mayores plusvalías.
Convenio aprobado en junio
-En la junta se abordó el convenio judicial preventivo, el que incluye la realización de un aumento de capital por unos US$ 50 millones y pretende dar seguridad jurídica a eventuales compradores de las más de 3.000 hectáreas que forman la reserva no vendida de Curauma.
- ¿Cuáles son los plazos que manejan para el convenio?
-Esperamos que se apruebe en junio. La verdad es que los sucesos ocurridos en otras esferas del grupo, conocidas por todos, motivaron cierta inseguridad jurídica para quien quiera hacer negocios con nosotros. En cambio, con un convenio podemos despejar esa nube.
-¿Cómo va a ser la venta de activos?
-Con las ventas especiales de terrenos que está llevando a cabo y que forman la reserva no vendida de Curauma.
-¿La idea es hacerlo antes?
-Exacto. El aumento está pensado para darle el giro que Curauma siempre debió tener, que es el desarrollo y venta de terrenos.
-¿Con la nueva plusvalía se pagan todas las deudas?
-Absolutamente, e incluso más. Pero tengo que aclarar que no hay ninguna empresa en el mundo que no tenga deudas. En nuestro caso, todo guarda relación con nuestro patrimonio, porque si tenemos activos que doblan a los pasivos, estamos en el mejor de los mundos.
-¿Y los doblan?
-Sí. Es más, y aquí me va a obligar a decir algo que tiene en su mente don Manuel Cruzat: es que el patrimonio de Curauma, de aquí a que se apruebe el nuevo plano y unos años más, debería ser del orden de los US$ 1.000 millones e incluso superior. Y le creo, porque eso pasó con el barrio alto de Santiago.
- ¿Le parecen comparables?
-Sí. Me acuerdo de los antiguos dueños de Vitacura. Si ellos pudieran revivir ahora para ver el desarrollo que ha tenido, se vuelven a morir, pero de felicidad.
-¿Curauma es similar a Vitacura?
-Evidente, hoy en una hectárea puede haber puros árboles, pero en el tiempo su valor subirá de manera exponencial.