Lo peor podría haber pasado para General Motors. En esta
línea se ha expresado la propia compañía, después de encargarse de
activar todas las alertas el pasado mes de diciembre.
La firma de Detroit considera ahora que podría tener
suficiente liquidez para afrontar sus pagos, incluso en el peor de los
escenarios previstos.
El mes pasado el fabricante aseguró que su situación
financiera impedía cumplir con todas sus obligaciones de pago. La amenaza de la
suspensión de pagos tuvo como respuesta la concesión de ayudas por parte del
Gobierno estadonidense.
Gracias a estas ayudas, General Motors recibió un crédito
puente de US$ 13.400 millones, a los que suma otros US$ 6.000 millones para su
división financiera, GMAC, reconvertida con estos fines en un banco.
Este dinero "cumple con nuestras necesidades de pago
bajo los escenarios recogidos en el plan enviado al Congreso en
diciembre", ha comentado ahora la compañía.
El pasado 31 de diciembre ya recibió US$ 4.000 millones del
Tesoro de Estados Unidos, una cantidad que ha sido destinada, mayoritariamente,
a pagar deudas a cerca de 3.000 proveedores.