El Gobierno de la República Checa aprobó hoy las condiciones de la
privatización completa de la aerolínea CSA, controlada por el Estado en un 92%.
El plan de privatización fue presentado por el Ministerio de
Finanzas, si bien el precio que el Estado checo quiere obtener por sus acciones
no se ha dado a conocer.
El presidente del consejo supervisor de la aerolínea y ex
ministro de Finanzas, Ivan Kocarnik, indicó al semanario "Ekonom" que
podría venderse por 370 millones de euros (unos US$ 484 millones), mientras que
el ministro de Transportes saliente, Alex Rebicek, considera que se podría
obtener entre 129 y 185 millones de euros (unos US$ 242 millones).
Los posibles compradores, entre los que figuran la línea
aérea rusa Aeroflot, deben asegurar que la actividad principal de la empresa
siga constituyendo el transporte aéreo.
Las condiciones estipuladas por el Ejecutivo de coalición
praguense obligan asimismo a garantizar que el aeropuerto internacional de
Praga-Ruzyne se mantenga como sede de la aerolínea.
En los tres primes trimestres de 2008, CSA arrojó un
beneficio antes de impuesto de US$ 22 millones, con una mejora de US$ 12,2
millones con respecto al mismo período del 2007.
La facturación de CSA ascendió en 2007 a US$ 1.188 millones,
un 11,6 % más que en 2006, mientras que el número de pasajeros fue de 5,49
millones.