La aerolínea más grande de América Latina está apuntando a las ciudades de segundo o tercer nivel de la región, por lo general menos atendidas, en busca de más crecimiento, dijo el gerente general de Latam Airlines, Roberto Alvo.
La compañía, que en agosto se convirtió brevemente en la mayor de la bolsa chilena, firmó el lunes un acuerdo para comprar hasta 74 aviones de fuselaje estrecho al fabricante brasileño Embraer: 24 son entregas en firme y 50 serán opciones de compra.
El acuerdo resalta la rapidez con la que Latam se ha recuperado de su reestructuración bajo el Capítulo 11 de bancarrota en 2020, mientras sus pares regionales luchan por estabilizar sus finanzas. La aerolínea reportó una ganancia ajustada récord el año pasado y elevó dos veces sus perspectivas en el primer semestre de 2025. La entrega de los aviones Embraer a partir de la segunda mitad de 2026 abrirá la puerta a 35 nuevos destinos, señaló Alvo en una entrevista.
“Seguimos teniendo una parte gigantesca de nuestra población en la región que sigue estando muy aislada del punto de vista aeronáutico”, dijo. “Pero como son ciudades más pequeñas, son flujos más pequeños, para atenderlos necesitas un avión un poco más pequeño también”.
Latam definirá en los próximos meses qué rutas y qué ciudades dentro de Brasil serán servidas con el primer grupo de nuevos aviones.
Las acciones de Latam subían un 1,7% el martes en Santiago, y acumulan una ganancia de 70% en lo que va del año.
Golpe a Azul
La compra de aviones más pequeños por parte de Latam probablemente golpee más a su competidor brasileño Azul, según los analistas de Bloomberg Intelligence François Duflot y George Ferguson. Azul enfrenta actualmente poca o ninguna competencia en rutas secundarias dentro de Brasil.
Esto se sumaría a la montaña de problemas que enfrentan sus rivales. La semana pasada, Azul presentó un plan de reestructuración en un tribunal de Nueva York para eliminar aproximadamente US$ 2.000 millones de deuda de su saldo y recaudar alrededor de US$ 950 millones mediante una oferta de acciones. Azul, Gol Linhas Aéreas Inteligentes SA —que obtuvo aprobación para salir del Capítulo 11 en mayo— y Latam dominan el transporte aéreo en Brasil, el mayor mercado de América Latina. Fuera de Brasil, Avianca, que también se acogió al Capítulo 11 en 2021, está en una posición algo más sólida.
“Hemos sabido a acompañar el crecimiento que ha tenido la demanda, que ha sido sana post pandemia, con una estructura y una estrategia de costo muy estricta donde hemos mantenido la eficiencia que ganamos en los últimos años en la operación”, afirmó Alvo. “La diversificación de nuestra cartera nos permite, al final del día, decidir cómo queremos mover nuestros activos para sacarme la mejor rentabilidad”.
Expansión a nivel regional
Fuera de Brasil, la expansión de Latam avanza a un ritmo más lento. Aunque el presidente argentino Javier Milei introdujo una política de cielos abiertos a fines del año pasado, Latam no está considerando retomar vuelos domésticos por ahora y se concentra en rutas internacionales, dijo Alvo.
En otros lugares, un nuevo aeropuerto en Lima, la capital de Perú, ofrecerá mayor conectividad internacional una vez concluidas las obras en el sitio, agregadas.
Pese a la rápida expansión de la aerolínea y el fuerte repunte de sus acciones este año, la deuda de Latam sigue en territorio especulativo, según dos de las tres agencias calificadoras. Alvo señaló que recuperar la calificación de grado de inversión no es un objetivo en sí mismo en este momento, sino que apuntan a una nota BB+.
“Nosotros estamos conformes con el nivel que tenemos yy honestamente Latam, hoy en día, tiene números financieros que son más fuertes que líneas aéreas que son Investment Grade ”, aseguró. "Lo que pasa es que estamos en Latinoamérica. Tenemos obviamente el impacto de estar en mercados emergentes".
La compañía no está considerando en este momento nuevas emisiones de bonos, pese al auge reciente de ventas de deuda corporativa chilena tanto en el mercado local como en el extranjero. Latam decidirá en octubre si prepaga los bonos con vencimiento en 2030.
“Veremos el próximo año cómo están las condiciones de mercado y eventualmente podremos tomar la decisión de refinanciar la deuda”, concluyó Alvo.