Incubadoras, el fenómeno gana fuerza mientras se afinan cambios
DF realizó una encuesta sobre el sector y se recibieron las respuestas de 19 de 25 incubadoras vigentes en el país.
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Por Karen Ríos
De las 25 incubadoras de negocios vigentes en el país y que están registradas en InnovaChile de Corfo, 19 respondieron a una encuesta realizada por Diario Financiero en la que se revela que 456 de las 1.533 operaciones totales reportadas por estas entidades se realizaron el año pasado, resultados que dan cuenta de un fenómeno que sigue ganando terreno velozmente en Chile.
El levantamiento de capital privado es otro de los resultados que se puede destacar dentro de la información entregada por las entidades encuestadas ya que 12 de estas entidades reconocieron haber obtenido recursos de terceros para sus emprendimientos. Los montos, eso sí, son variados. Van de los $ 2 millones (revelados por Gesta Mayor, incubadora de la Universidad Mayor) hasta US$ 6,5 millones (logrados por Octantis, entidad de la Universidad Adolfo Ibáñez).
También se destacan los US$ 1,5 millones levantados por Novos, de la Universidad de Chile y los $ 2.797 millones obtenidos por IncubaUC, de Dictuc.
La gran diferencia en los recursos, explican las mismas incubadoras, se da por la antigüedad y experiencia en el mercado. Cabe destacar que mientras algunas cumplirán dos décadas de vida (Santiago Innova, de la Comuna de Santiago, es una de ellas) otras sólo iniciaron actividades hace dos años.
En términos de tasa de éxito de los proyectos incubados, de las respuestas obtenidas se puede establecer que los porcentajes se sitúan entre 60% y 80%, eso sí, advierten las mismas entidades, este resultado tiene mucha relación con la realidad económica y financiera del país, ya que para la crisis mundial, este rango pudo ser menor.
Para Rodrigo Pérez, gerente general de ChileIncuba, asociación que agrupa a 13 de estos organismos, el país está muy adelantado entre sus pares dentro de la región en materia de incubación. Según explica, las ventajas están en que Chile cuenta con una estructura adecuada, con competencias profesionales que se han ido perfeccionando, y porque la industria ha generado convenios con entidades externas que les ayudan en su desarrollo.
“Eso sí, no todas están en el mismo nivel. Algunas se han desarrollado bien y a otras en cambio les ha costado un poco más por el financiamiento que logran establecer”, dice Pérez.
Más cambios
Con el objetivo de sincerar el modelo chileno de incubación, InnovaChile de Corfo, entidad que desde el año 2005 dispuso líneas de financiamiento para estas entidades, ha implementado una serie de modificaciones que partieron con un capital semilla flexible (eliminó las líneas 1 y 2, uniendo el financiamiento en una sólo instancia), y además, instauró una política de “premios” que dependen exclusivamente de los hitos que logren los emprendimientos apoyados por las incubadoras.
“Es el crecimiento de las ventas y el levantamiento de capital para los proyectos los que determinan los premios de estas entidades. A medida que vayan cumpliendo estos hitos, podrán recibir pagos”, dice Adrián Magendzo, subdirector de Emprendimiento Innovador de InnovaChile de Corfo.
La entidad pública también creó un Subsidio Semilla de Asignacion Flexible (SSAF), herramienta que le permite a las incubadoras recibir una especie de “cuenta corriente”, con un monto determinado de recursos fiscales para que sean ellos los destinen a sus proyectos incubados (no pueden utilizarlo para fines propios, es de uso exclusivo para emprendimientos).
Y los cambios no paran. Este año la entidad pública instará a las incubadoras a definirse en un perfil en particular: o son innovadoras (emprendimientos de alto potencial) o tradicionales (más bien impacto local).
“Las incubadoras que decidan ser tradicionales operarán distinto a las innovadoras porque no tienen que ver con capital de riesgo ni con la internacionalización del proyecto. Son otro tipo de necesidades”, explica Magendzo.
Es en ese punto donde InnovaChile trabaja para establecer herramientas de apoyo que se ajusten a las realidades que existen en los emprendimientos chilenos. Incluso, adelanta Magendzo, en incentivos para que la banca privada se interese en financiar proyectos “tradicionales”.