La sustentabilidad como herramienta de productividad

En un mundo, donde muchas empresas se ven enfrentadas a reducir cada día más sus costos de operación a fin de entregar una mejor propuesta de valor a sus clientes, hay quienes aún sufren con el paradigma de “ser sustentables o ser eficientes”. Hoy, con una población creciente y cada vez más demandante, los limitados recursos del planeta se convierten muchas veces en un factor restrictivo para la producción.



Sin embargo, un enfoque sustentable no tiene por qué ser más caro. Por el contrario, una operación realmente sustebtable considera la administración de los recursos ambientales y económicos, tomando en cuenta además consideraciones sociales.

La mirada sustentable debe estar puesta “de la cuna a la tumba”, desde la elección de materias primas renovables y certificadas por estándares como FSC, que aseguren un manejo responsable de los bosques que las proveen, hasta el final del camino, velando porque una vez cumplida su función, el producto tenga un destino final sustentable, como los envases 100% reciclables.

Últimamente, se habla de Ecodiseño, de cómo incorporar variables ambientales al diseño de productos. Pues bien, cuando un envase tiene una forma tal y poco peso, permitiendo que su transporte se vea optimizado, y que no necesite refrigeración para mantener las condiciones del producto que contiene, vemos que el Ecodiseño no es algo que sólo se ocupa de la imagen, sino que lo hace más funcional y amigable con el entorno.

¿Quién negaría que trabajar en optimizar el aprovechamiento de los alimentos, reduciendo mermas y extendiendo su vida útil, minimizando el uso de materiales para su envasado y energía en su transporte y exhibición, son muestras de que se busca mayor eficiencia y productividad? Pues bien, estas mismas acciones van a permitir un mejor uso de los recursos y, por ende, un futuro más sustentable.

Antes se creía que incorporar un enfoque medioambiental a la operación implicaba mayores costos. Esto puede ser cierto si la empresa sólo incorpora la dimensión ambiental una vez que ha terminado de producir y sólo busca solucionar problemas generados aguas arriba. Pero si una compañía incorpora este enfoque en el corazón de su negocio, llevándolo transversalmente a su estrategia y concretándolo así en el desarrollo de productos, en sus prácticas de manufactura, en sus políticas y en sus actividades; lo que estará haciendo es promover un desarrollo sustentable de la empresa y del ámbito en el cual desarrolla sus actividades.