Múltiples razones tendrán Codelco y SQM para descorchar champaña este año nuevo, y también será momento de intencionar sus futuros deseos. Es que tras la luz verde para
su alianza en el Salar de Atacama, ahora la sociedad conjunta debe hacer girar otra serie de piezas clave para poder dar continuidad de largo plazo a la explotación de litio en las salmueras chilenas mundialmente apetecidas.
Uno de esos engranajes, probablemente el más importante de todos, es el icónico proyecto Salar Futuro de SQM, que, ahora, será el eje tecnológico y productivo del pacto una vez que la minera no metálica transicione hacia la operación conjunta.
La iniciativa, cuya inversión superaría los US$ 2.000 millones, busca modernizar el actual modelo de producción, incorporando nuevas tecnologías y estándares ambientales. Desde SQM han reiterado que se trata de un proyecto de gran envergadura y complejidad, que despierta el entusiasmo de los altos mandos.
Su hito más inmediato es el ingreso del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que se ingresará al sistema de evaluación durante el segundo semestre de 2026. En el último conference call con analistas, el gerente general de la compañía, Ricardo Ramos, precisó que “probablemente a comienzos de la segunda mitad del próximo año”.
En esa línea, Ramos advirtió que los plazos regulatorios serán extensos. “Dado que es un proyecto complejo (…) creemos que es razonable esperar tener una aprobación del proyecto hacia 2030, ojalá en el primer semestre de 2030”, señaló. El ejecutivo recalcó que mientras no exista una resolución ambiental favorable, la sociedad no puede ejecutar inversiones de magnitud: “No se puede comenzar a invertir en el proyecto sin aprobación”.
Por lo mismo, el impacto financiero del proyecto será gradual y concentrado en la próxima década. Según explicó el CEO de SQM, “el Capex de Salar Futuro comenzará a reflejarse probablemente durante la segunda mitad de 2030”, agregando que “la mayor parte del Capex se reflejará en 2031, 2032 y parte de 2033”. De esta forma, el proyecto no tendrá efectos relevantes en el gasto de capital de la compañía entre 2026 y 2029, más allá de desembolsos asociados a estudios ambientales.
Cambio tecnológico y 3.500 trabajadores
En términos tecnológicos, Salar Futuro apunta a combinar el uso de tecnologías de extracción directa de litio (DLE) con procesos complementarios y una reducción progresiva del uso de las tradicionales pozas de evaporación. El diseño considera, además, el uso de agua de mar desalinizada y la reinyección de salmueras, con el objetivo de minimizar el impacto hídrico y ambiental en un ecosistema altamente sensible.
En los últimos dos años, SQM ha probado más de 20 DLE en las salmueras del Salar, donde cuenta con plantas piloto y otras a escala de laboratorio. Así, una serie de empresas dedicadas a extracción directa de litio han pasado por las instalaciones de la minera en el desierto, donde la nanofiltración asoma como una de las favoritas de los ingenieros de Soqui.
La división de Litio de la minera cuenta con 3.533 trabajadores a la fecha, los que pasarán en su totalidad a formar parte de Nova Andino Litio, manteniendo el funcionamiento interno tal como ha sido hasta ahora. Fuentes internas de la compañía comentan que, por ahora, no está determinado cómo será el ingreso de los colegas de la cuprífera estatal a "las bases" a cargo del mineral blanco.
Respecto a la producción de litio, cabe recordar que la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CChen) aprobó entre 2031 y 2060 una extracción máxima inicial de 2,5 millones de toneladas del metal clave para baterías de vehículos eléctricos.
La cuota podrá subir hasta 3,02 millones de toneladas de litio metálico equivalente una vez que la empresa entregue una actualización del informe de reservas y cuente con el permiso ambiental correspondiente.
"Esta última cuota permite la producción y comercialización de hasta 330.000 toneladas de carbonato de litio equivalente por un plazo de 30 años", dijo Codelco en un comunicado.