Compañía Minera Lomas Bayas, propiedad de la gigante anglo-suiza Glencore, presentó este martes a tramitación ambiental un proyecto de US$ 103 millones cuyo objetivo busca extender la vida útil de su mina de cobre ubicada en la Región de Antofagasta desde 2030 hasta 2038.
Según detalla la Declaración de Impacto Ambiental presentada ante el Servicio de Evaluación Ambiental, se trata de una extensión de la operación de la faena minera por un periodo adicional de nueve años: desde 2030 hasta el año 2038, siguiendo con siete años para la fase de cierre y post cierre, hasta el año 20245 inclusive.
Dentro de los alcances operacionales del proyecto, se considera el aumento de la tasa de movimiento máxima de la mina (extracción de material) desde lo actualmente aprobado 255.000 toneladas diarias (t/día), a 315.000 t/día como promedio anual y 350.000 t/día como máximo. Este ajuste implicaría un aumento en la tasa de movimiento estéril de 75.000 t/día a 150.000 t/día, mientras que la tasa movimiento de mineral se mantendría en 180.000 t/día.
Además, indicó la compañía, debido al acceso a sectores productivos de mayor ley, se prevé que la producción de cátodos de cobre se eleve de 80.000 t/año a un promedio de 82.500 t/año considerando un máximo de producción de a 90.000 t/año. El transporte de cátodos de cobre seguirá hacia los Puertos de Angamos y Puerto Antofagasta, en las comunas de Mejillones y Antofagasta, respectivamente.
La iniciativa considera una mano de obra promedio de 969 personas en operación y una fecha estimada de inicio de ejecución para marzo de 2026.
Cabe recordar que Lomas Bayas posee la menor ley de cobre del país y de Glencore a nivel mundial (0,25%). Desde hace tres años trabajan con la startup chilena Ceibo, probando tanto en laboratorio como en gran escala su tecnología de lixiviación de sulfuros.
Según dijo el gerente de la mina, Pablo Caravallo, a Diario Financiero en noviembre del año pasado, "la gran ventaja con Ceibo es que podríamos encontrar cobre donde hoy día no lo podemos sacar". Así, indicó que el proceso de la chilena era una de las apuestas para poder extender efectivamente la vida útil de la operación.