Morgan Stanley puso ayer el cierre a una turbulenta temporada de resultados para los grandes bancos estadounidenses. La volatilidad en el mercado cambiario, de bonos y de materias primas registrada desde julio ante la incertidumbre sobre el momento en que la Reserva Federal elevará su tasa de interés y el temor por la desaceleración de la economía china fueron las principales causas del desplome de 40% de las ganancias del banco y de 13% en los ingresos en el tercer trimestre.
Las ganancias entre junio y septiembre cayeron a
US$ 1.018 millones, o 48 centavos por acción, desde los US$ 1.690 millones u 83 centavos por título reportados en el mismo trimestre de 2014. Excluyendo una ganancia contable y gastos legales, el beneficio fue de 42 centavos por acción, lejos del promedio de 63 centavos estimado por los 23 analistas sondeados por Bloomberg. Los ingresos, en tanto, alcanzaron un total de US$ 7.767 millones, 12,8% menos frente al año anterior.
“La volatilidad en los mercados globales en el tercer trimestre generó un entorno difícil, afectando particularmente a nuestro negocio de renta fija y al de banca comercial en Asia”, afirmó James P. Gorman, presidente y director ejecutivo de la entidad.
El golpe en Wall Street no se hizo esperar: las acciones de Morgan Stanley, que han caído 19% durante el tercer trimestre, perdían casi 5% en las operaciones previas a la apertura del mercado, hasta los US$ 32,02.
El ingreso por intermediación retrocedió cerca de un 17% a US$ 2.030 millones. En tanto, el ingreso de su banca de inversión, una tradicional fortaleza del banco, cayó 15,3% a US$ 1.310 millones.
En los nueve primeros meses, el banco acumula ingresos de US$ 27.417 millones, 3% más, y un beneficio neto de US$ 5.219 millones, 2% más respecto a 2014.