8% se redujeron las ventas de la firma en 2023, según sus propios datos.
El grupo Colgram -que maneja las marcas Colloky y Opaline- reveló una “reestructuración y racionalización” ante lo que denominó una baja en sus ventas y el aumento de la competitividad a través del mercado online, lo que le generó importantes pérdidas en los años 2023 y 2024.
Así lo reveló la propia compañía -controlada por el grupo Lührs y las familias Martino y Diez- en una serie de documentos presentados en juicios por supuestos despidos injustificados iniciados por extrabajadores, los que fueron entregados entre junio y julio de este año.
Según lo informado por la firma, su plan de reestructuración se tradujo en el cierre de tiendas y el despido de trabajadores.
“Esta medida se ha tomado a fin de optimizar el funcionamiento de la compañía (…), lo cual contribuirá a que ésta pueda seguir operando en el mercado en que se desempeña, el cual es cada día más competitivo debido a la incorporación de nuevos actores y la existencia de diversas plataformas comerciales online que ofrecen bienes sustitutos a los ofrecidos por la compañía en el mercado, además del cambio en los patrones de consumo de las personas”, dijo la empresa en uno de los documentos presentados a la justicia.
Añadió que, debido a las adecuaciones que se han tenido que efectuar como consecuencia de las -en sus palabras- dificultades económicas, en el año 2024 se despidieron 73 personas por la causal de necesidades de la empresa.
1974 Año en que inició sus operaciones la compañía.
“En efecto, desde el año 2023 la empresa Colgram experimentó una baja en las ventas, lo que significó que estas se redujeron en al menos un 8%. A pesar de los esfuerzos de recuperación realizados, el crecimiento en las ventas entre 2024 y 2023 fue solo 5%, equivalente a la inflación del período. La mala tendencia en las ventas se ve reflejado en los resultados de última línea, que arrojan importantes pérdidas en los años 2023 (de 3,7% sobre las ventas) y 2024 (de 1,9% sobre las ventas)”, explicó la compañía.
Y añadió: “Debido a estos cambios experimentados en las condiciones del mercado y en la economía, nuestra empresa requiere necesariamente efectuar ajustes y adecuaciones del personal de toda la empresa”.
No a la insolvencia
Junto a esto, dijo que “las nuevas condiciones existentes” en el mercado la forzaron a reducir sus costos.
“Lo que implica la necesidad de desvincular colaboradores con el objeto de redistribuir funciones, absorber labores y, en definitiva, tomar las medidas de administración que corresponden para viabilizar la continuidad de la empresa”, afirmó.
En uno de los juicios laborales y ante los cuestionamientos de un extrabajador en su demanda por supuesto despido injustificado, los representantes de Colgram señalaron que éste no puede pretender que la empresa esté en riesgo o al borde de incurrir en un estado de insolvencia para recién poder aplicar la causal del artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo.
“Lo cual sería una carga que ciertamente el legislador no ha impuesto al empleador, siendo dicha postura no más que una interpretación ideologizada de la causal en cuestión”, señalaron los representantes de la compañía al tribunal.
Diario Financiero envió una serie de preguntas a la empresa, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
El cambio de socios
Colgram fue fundada por la familia Lührs Raggio en 1974, con el lanzamiento de la marca Colloky, de origen italiano. Luego, adquirieron la marca francesa Opaline. Según información de la compañía, opera cerca de 100 tiendas en Chile y 14 en Perú, además de exportar a otros países de Latinoamérica.
El año pasado, se incorporaron nuevos socios a la compañía. El grupo Contémpora, controlado por las familias Diez y Martino, adquirió la participación que tenía el empresario Nicolás Ibáñez (exsocio de la cadena de supermercados Lider), manteniéndose como controlador el grupo Lührs.
Contémpora es una sociedad anónima que actúa como holding de un grupo empresarial, cuyas actividades se desarrollan principalmente en el sector financiero, inmobiliario, comercial, de telecomunicaciones y de seguros.
Es controlada por la familia Martino (la que, entre otros negocios, maneja la firma Copeval, dedicada a la comercialización y distribución de insumos, maquinaria y riego para el sector agropecuario) y el clan Diez (dueños del grupo Jedimar, que opera las cadenas de buses Turbus, JAC, Bío Bío, Cóndor, Tas Choapa e Inter), así como la firma de transporte industrial Viggo, la empresa de envíos Starken y la Inmobiliaria Ando, entre otras compañías.
A inicios de este año, la familia Diez compró -a través de Jedimar- la cadena de repuestos de vehículos AutoPlanet a través de la sociedad Avant Inversiones y Servicios SpA. El vendedor fue el conglomerado inglés Inchcape.
El aterrizaje en Colgram significó el regreso de Contémpora al retail. El grupo fue accionista durante unos años de la empresa Komax, pero en 2023 vendió su participación al grupo mexicano Axo.