Afectada por las turbulencias financieras, la cadena
hotelera recortó su beneficio neto un 41,1% en los seis primeros meses del
ejercicio, hasta 36,7 millones de euros. Sol Meliá reconoció que no podrá
alcanzar su objetivo de cerrar 2008 con unas ganancias similares a las
cosechadas en 2007 debido a las dificultades que atraviesa el sector
inmobiliario.
Según ha explicado la compañía en un comunicado remitido a
la CNMV, el actual entorno económico y la fortaleza de divisas como euro y la
libra han sido los causantes del fuerte recorte en sus ganancias. A esto hay
que sumar la ausencia de beneficios extraordinarios -en la primera mitad de
2007 Sol Meliá obtuvo unas plusvalías de 17,2 millones de euros-.
De enero la cifra de negocios de la cadena hotelera ha caído
un 2,7%, hasta 618,5 millones de dólares, mientras que el resultado bruto de
explotación (ebitda) ha alcanzado los 124,3 millones, lo que supone un recorte
del 16,2%. Los resultados del club vacacional de la compañía, Sol Meliá
Vacation Club han acusado los tipos de cambio en el mercado de divisas y han
registrado un descenso en la facturación del un 6,7%.
El actual entorno económico ha llevado a la compañía ha
recortar las inversiones previstas para 2008 en su plan estratégico, que
pasarán de 300 a
200 millones de euros o incluso una cifra inferior. Dentro de la política de
expansión del Plan Estratégico 2008-2010, la compañía ha inaugurado un
establecimiento de gran lujo en el sur de Tenerife, el Gran Meliá Palacio de
Isora, y ha formalizado la incorporación a su cartera de dos nuevos hoteles en
Barcelona y Viena.