Telefónica ha alcanzado un principio de acuerdo para compartir las redes de telecomunicaciones móviles en Brasil precisamente con el grupo Claro, la filial de América Móvil, perteneciente al imperio de telecomunicaciones del mexicano Carlos Slim, que es, además, el gran competidor de Telefónica en la mayoría de los países de Latinoamérica y uno de los principales en Brasil.
Con todo, el pacto entre ambos grupos aún no es definitivo. Según consignó Expansión continúan negociando los detalles de la colaboración y, además, deben recibir autorización de las autoridades regulatorias. El acuerdo, según ha comunicado la filial de la operadora española, afectará a las redes actuales (3G) y también a las futuras de 4G, que todos los operadores deben desplegar de forma inminente para dar servicio en las ciudades que servirán de sede de los eventos que se van a producir en Brasil (Copa Confederaciones, Campeonato del Mundo de fútbol y Juegos Olímpicos de Río de Janeiro).
El grupo español sostiene que “el acuerdo tiene el objetivo de optimizar los costos de inversiones, operación y mantenimiento de sus redes y de la prestación de servicios a sus clientes” especialmente en el caso “de la cobertura en 4G, frecuencia que exigirá una cantidad mayor de emplazamientos”. La alianza tendrá una duración de tres años.
El acuerdo con Slim, demuestra la firmeza de la voluntad de Telefónica de llegar a acuerdos de compartición de redes en todos los países en los que opera. De hecho, el grupo ya había llegado anteriormente a pactos similares en dos de los mayores mercados en los que participa: Reino Unido, donde alcanzó un acuerdo con Vodafone, y México, donde su aliado ha sido su rival Iusacell. Por tanto, si Telefónica ha sido capaz de pactar con el archirrival más encarnizado en el país más estratégico de los que tiene Telefónica –junto con España–, la posibilidad de que se lleguen a acuerdos similares, incluso en otros mercados, es cada vez más real, enfatiza la publicación española.
Con todo, Telefónica estaba bastante presionada en Brasil para llegar a un acuerdo de este tipo por varios factores. El primero, que sus otros dos grandes rivales brasileños, la italiana TIM y la brasileña Oi, ya habían alcanzado un pacto similar, por lo que se beneficiarían de las ventajas de inversión y costes (capex y opex) de compartir la red.