Este sábado se produjo en España un cambio de era en la gastronomía mundial: El Bulli dejó de ser un restaurante y se reinventa como una fundación. “El Bulli Foundation es un ejemplo de cómo una pyme puede hacer cosas importantes. No tenemos que pensar que sólo las grandes empresas pueden afrontar cambios de envergadura”, advertía antes del cierre Ferran Adrià, considerado el cocinero más influyente de los últimos años -¿o de la historia?
Adrià administraba un restaurante con miles de peticiones de reserva para las entre 8.000 y 10.000 plazas que comercializaba cada año. Su negocio no era rentable en sí mismo, ni pretendía serlo: aquí, la estrategia era crear e innovar. Para rentabilizar esta filosofía, Adrià y su equipo realizaron otros trabajos de asesoramiento o han recurrido a negocios como el catering. “La relación con las empresas ha sido clave en la historia de El Bulli”, señala.
En enero de 2010, el chef anunció que cerraba su restaurante para “reflexionar”. El premeditado retiro sabático por un par de años se tornó en una reconversión: El Bulli cerró el sábado bajo su tradicional formato de restaurante y se convertirá en 2014 en El Bulli Foundation, una fundación privada centrada en la creatividad culinaria capitaneada por el chef como presidente. “Siempre va a haber gente que diga que hacemos esto para blanquear dinero o porque estamos arruinados”, dice Adrià con una sonrisa.
Para explicar El Bulli Foundation, Adrià pone un ejemplo: el MIT, el Centro Tecnológico de Massachusetts, líder en investigación científica e innovación. “La gente no sabe lo que es el MIT y es una institución clave”. Y realiza la traslación gastronómica del MIT. “El primer taller de cocina de la historia es muy reciente, de 2000. En la actualidad, no existe un auténtico centro de creatividad en cocina. Es lo que crearemos. El Bulli Foundation será el MIT de la cocina”, afirma Adrià.
El chef, con un equipo de casi un centenar de personas a su cargo entre stagiers (personal en prácticas) e incluidos 50 profesionales en la cocina, podría escribir su propio manual de management como líder y gestor de un equipo con una decena de piezas clave que seguirá mayoritariamente a Adrià en El Bulli Foundation..
Financiamiento
Para financiar la fundación, un think tank de creatividad que potenciará la relación de la cocina con otros ámbitos, el chef organizó cenas empresariales a puerta cerrada en El Bulli desde abril y nos descartó otras vías para obtener fondos. “Hay gobiernos extranjeros que me han propuesto crear Bulli Foundations nacionales. Es un proyecto de país, muy importante para la economía española”.
En su aventura de El Bulli Foundation, Adrià ya tiene un ‘socio’ de lujo. En octubre de 2010, Telefónica fichó al cocinero como embajador internacional de su marca. A cambio, la operadora se encargará de dar apoyo tecnológico a su fundación. Fue un acuerdo histórico. “Estoy contentísimo con mi relación con Telefónica”, señala. “La apuesta de Telefónica parecía marciana y nadie lo entendía, pero ha sido muy vanguardista con este proyecto. Ahora, nadie lo duda y ve todas sus posibilidades. Es un caso a analizar porque hay disciplinas que no están explotadas para trasladar ciertas ideas a la gente. A mí Telefónica me puede usar para transmitir creatividad”.