Aceleración global y mejores precios de commodities acompañarán al gobierno de Sebastián Piñera
Analistas esperan que el precio del cobre esté por sobre los US$ 7 mil por tonelada y siga creciendo, aunque más lento, hasta 2020.
- T+
- T-
Nueve años después de que la economía mundial viera una contracción de 0,05%, en el peor momento de la crisis financiera, crecen las señales de que la recuperación global entrará en tierra derecha el próximo año.
Ello será especialmente favorable para el próximo gobierno de Chile, que navegará en una marea de mejores precios de las materias primas y creciente aceleración en el mundo desarrollado.
El Fondo Monetario Internacional prevé que el PIB global se expanda 3,6% el próximo año, una décima más que en 2017 y su mejor desempeño desde 2011. La entidad también prevé que la expansión será “más sincronizada” entre todos los países.
Vital para la economía chilena será el salto esperado en los precios del cobre, que, según Morgan Stanley, podrían aumentar 15% a lo largo de 2018, hasta los US$ 6.832 por tonelada. Citigroup y Goldman Sachs son aún más optimistas, apuntando a que el metal rojo se transará por encima de los US$ 7 mil por tonelada durante la mayor parte del próximo año.
Durante los años siguientes, el precio tendería a estabilizarse. Morgan Stanley prevé un alza de 10% en 2019 y de 3% en 2020.
Sobre el petróleo, en tanto, hay disensos. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) espera eliminar el exceso de oferta en 2018, a medida que crece la demanda. La Agencia Internacional de Energía (AIE) no cree que se logrará. Ello será relevante para el barril de crudo Brent, que la semana pasada llegó a su mayor nivel en dos años, por sobre los US$ 65.
Los grandes socios
Las dos mayores economías del planeta tienen la posibilidad de anotar un crecimiento estable en 2018, pero también ven riesgos.
Las proyecciones de la Reserva Federal de Estados Unidos apuntan a que el país crecerá 2,5%, la misma cifra que la entidad estima para este año. En 2019, se desaceleraría a 2,1%, y a 2% al año siguiente.
El gran determinante será la reforma tributaria que impulsa el gobierno de Donald Trump, y que este año ha hecho que la bolsa anote récord tras récord. El objetivo de la Casa Blanca es rebajar de 35% a 21% la tasa de impuestos corporativos.
El optimismo podría verse frenado si la investigación especial del fiscal Robert Mueller, quien indaga los vínculos entre la equipo de Trump con el gobierno de Rusia durante la campaña presidencial, termina con una acusación contra el mandatario.
Si no lo hace, también está el riesgo de que el Partido Republicano, que impulsa el proyecto tributario, pierda su mayoría en las elecciones legislativas del próximo año.
En China, en tanto, el FMI prevé una desaceleración leve. Este año cerraría con una expansión de 6,8%, para luego crecer a un ritmo superior a 6% anual hasta 2021.
El freno, no obstante, tiene que ver con los esfuerzos del gobierno de Xi Jinping por controlar el explosivo crecimiento del crédito, que, según los observadores internacionales, sigue estando entre los mayores riesgos para la economía mundial. Hasta ahora, Beijing ha logrado disipar los temores a que un sobrecalentamiento termine en un estallido que irrumpa en la aún débil recuperación global.
Europa, por su parte, apunta a tener el crecimiento más acelerado de una década este año. La recuperación entra en terreno firme, liderada por Alemania, España y Francia. Los estrategas consultados por Bloomberg esperan que el Euro Stoxx 50 termine 2018 con un avance de hasta 12,5%.
Política monetaria
A medida que la economía estadounidense se recupera, la Fed continúa con su retiro de estímulos monetarios, lo que amenaza con reducir la liquidez y endurecer las condiciones financieras para los emergentes. El jefe de inversiones en renta variable de Carmignac, Xavier Hovasse, no ve riesgos: “Cuando la Fed sube la tasa, es porque la inflación o el PIB de EEUU aumentan, y eso es bueno para los emergentes”, señala.
El Banco Central Europeo, en tanto, aún no prevé endurecer su política y, de hecho, aún mantiene la puerta abierta a ampliar su programa de compra de bonos, si las condiciones económicas cambian.