Economía

EEUU: esto harán las grandes empresas con lo que ahorren por la reforma tributaria

Tras un mes desde que entró en vigencia, decenas de compañías han anunciado inversiones, aumentos de salario o contratación de nuevo personal.

Por: Nicolás Wiechert R. | Publicado: Viernes 2 de febrero de 2018 a las 04:00 hrs.
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En las primeras cinco semanas en que ha estado vigente, la reforma tributaria que impulsó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bajo la consigna de “hacer a Estados Unidos grande de nuevo”, ha generado una serie de anuncios que, de concretarse, se traducirán en multimillonarias inversiones en el país.

El cambio al sistema de impuestos, el más profundo que haya visto el país desde el que impulsó Ronald Reagan en 1986, reduce los impuestos de las empresas dentro de Estados Unidos desde el 35%, uno de los mayores de la OCDE, a un 21%, por debajo del promedio de ese mismo grupo. La ley tamibén incluye una baja al impuesto indivudual para mayores ingresos de un 39,6% a un 37%.

La principal apuesta de la Casa Blanca es que el beneficio que ello supone para las empresas se traduzca en un aumento del empleo y dé un nuevo impulso a la inversión en su país. Por el momento, y a pesar de la incertidumbre que aún ronda a su gobierno, el plan parece empezar a dar frutos. Al menos en el papel.

Bonos e inversión

Hasta ahora, la industria de los combustibles fósiles (que también ha gozado de una creciente desregulación en la era Trump) trajo las promesas más millonarias. La gigante petrolera Exxon Mobil anunció que, “en parte gracias” a la reforma tributaria, destinará US$ 35 mil millones adicionales a nuevas inversiones en Estados Unidos durante los próximos 5 años.

Esta inversión extra se suma a los US$ 15 mil millones ya previstos, lo que genera un total de US$ 50 mil millones de inversión total hasta 2022 por parte de la mayor petrolera del mundo, según informó su gerente general, Darren Woods.

En las telecomunicaciones, Comcast anunció que otorgará bonos de US$ 1.000 a 100 mil empleados. El gerente general, Brian Roberts, también dijo que la compañía espera gastar “mucho más de

US$ 50 mil millones en inversión en infraestructura durante los próximos cinco años”.

Por su parte, AT&T dijo que otorgaría bonos de US$ 1.000 a más de 200 mil empleados en EEUU. Además, prometió invertir US$ 1 mil millones adicionales en el país en 2018. El presidente ejecutivo de la empresa, Randall Stephenson, elogió la reforma fiscal como “un paso monumental para llevar los impuestos pagados por las empresas estadounidenses en línea con el resto del mundo industrializado”.

Mientras implementa esos cambios, AT&T está esperando la aprobación del Departamento de Justicia de Trump para hacer efectiva su adquisición pendiente de Time Warner, una operación de US$ 85 mil millones.

El sector aeroespacial también ha generado noticias: Boeing anunció que gastaría US$ 300 millones en “inversiones relacionadas con empleados y acciones caritativas” debido al nuevo sistema de impuestos. En un comunicado, el gerente general de la compañía, Dennis Muilenburg, manifestó que el paquete de reformas “nos permite competir mejor en el escenario mundial y nos da una base más sólida para la inversión en innovación, instalaciones y habilidades que respaldarán nuestro crecimiento a largo plazo”.

Por su parte, la automotora Ford anunció que abrirá más plantas de producción que se sumen a la instalada recientemente en Michigan, en un proyecto que trasladaron desde México poco después que Trump ganara la elección. En ella, la fabricante de vehículos invirtió más de US$ 700 millones.

Aumentos y pensiones

Además de aumentar la inversión en la primera economía mundial, algunas empresas también han empezado a pagar más a sus empleados. El mayor empleador privado mundial fue el que tomó la delantera: Walmart subirá el salario mínimo a sus trabajadores a US$ 11 por hora, gracias al beneficio que le supondrá la reforma fiscal estadounidense, aseguraban desde el minorista más grande del mundo.

La empresa también ofrecerá un bono en efectivo de US$ 1.000 a sus empelados y ampliará los beneficios de licencia por maternidad y paternidad. Tanto el alza salarial -la tercera de Walmart desde 2015- como el bono beneficiarán a más de 1 millón de trabajadores.

El sector bancario tampoco se ha quedado atrás. Fifth Third Bankcorp dijo que aumentaría su salario mínimo por hora a US$ 15 para los empleados en EEUU. Por su parte, Wells Fargo subirá el salario mínimo para sus trabajadores en EEUU de US$ 13,5 a US$ 15 por hora y gastará US$ 400 millones en donaciones a organizaciones comunitarias y sin fines de lucro en 2018.

En tanto, la empresa de mensajería FedEx anunció que aumentará la compensación de los empleados en más de US$ 200 millones. Casi dos tercios irán a los trabajadores contratados por hora. El resto financiará aumentos en los “planes de incentivos basados en el desempeño” para el personal asalariado. FedEx también dijo que hará una contribución voluntaria de US$ 1.500 millones a su plan de pensiones.

En esa misma línea, la constructora Honeywell, gran exponente del sector industrial, dijo en su informe trimestral de ganancias que estaba aumentando la cobertura previsional para sus trabajadores en EEUU. “Este es un beneficio anual sostenido que proporcionará una jubilación más segura para nuestros empleados”, señaló Darius Adamczyk, presidente y director ejecutivo de la compañía, al comunicar los resultados.

Compensación y empleo

Pero además de mayor inversión y mejores sueldos, la victoria legislativa de Trump podría estar cumpliendo su objetivo de crear más empleo. CVS Health, un importante grupo de salud norteamericano, anunció que a la luz de la rebaja tributaria (con los gravámenes territoriales pagaba una tasa efectiva de 39%), se comprometería a contratar 3.000 trabajadores adicionales.

El gerente de finanzas de la compañía, David Denton, dijo en noviembre: “en la medida en que tenemos alivio fiscal, hay muchas inversiones que creemos que podemos hacer. Podemos expandir más rápidamente nuestro modelo de negocio en todo el país y brindar una mejor atención a menor costo. Entonces, buscaremos aprovechar el beneficio e invertirlo, claramente”.

En este sentido, CVS Health no está solo. El gigante de seguros GEICO anunció que construirá una nueva oficina en Tucson, agregando alrededor de 700 empleos a los ya más 2.100 trabajadores de la compañía en el área. Además, las renombradas farmacéuticas Pfizer y Amgen han dicho que usarán la menor tasa de impuestos y mayores ingresos para devolver dinero a los accionistas a través de recompras y dividendos.

¿Derogación demócrata?

Hasta ahora, al menos 39 compañías del índice bursátil S&P 500 han transferido algunas de sus ganancias impositivas a los trabajadores, casi el 8% de las empresas en el índice, según USA Today.

Sin embargo, pese a los anuncios de las grandes compañías, la mayor parte del dinero llegará a los trabajadores en forma de bonos únicos y no aumentos salariales permanentes. Ello podría ser una señal de que las empresas temen que una futura administración demócrata busque impulsar un nuevo cambio tributario que de pie atrás en los recortes de Trump. “Deberíamos derogarlo y ofrecer un plan de impuestos alternativo, que consista en proporcionar el alivio fiscal a la clase media y la clase trabajadora”, dijo a medios estadounidenses el parlamentario demócrata Rohit Khanna.

Según el legislador, el denominado “recorte de impuestos republicano” no llegó sino para beneficiar a las élites y, por tanto, debe eliminarse.

Pero la distribución de la riqueza no es la única preocupación. Según la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, su sigla en inglés), el cambio tributario podría causar que el fisco estadounidense deje de recaudar US$ 1 billón (millón de millones) de dólares en la próxima década, profundizando el ya abultado déficit fiscal.

En respuesta, la Casa Blanca ha asegurado que el mayor crecimiento económico permitirá aumentar los ingresos fiscales. La administración apunta a una expansión del PIB de más del 3%. El FMI, por su parte, prevé que el crecimiento este año sea de 2,7%.


GE: un raro perdedor

Mientras otras compañías piensan en cómo gastar las ganancias que obtendrán de la reforma fiscal, General Electric (GE) está en la vereda opuesta: espera una tasa impositiva creciente para los próximos años.

La empresa viene pagando tasas efectivas de 14% en 2015 y 9% en 2016. Su pronóstico para este año y el próximo estará entre 15% y 19%, y entre 20% y 25% a largo plazo. ¿La razón? Un nuevo gravamen sobre los "ingresos intangibles globales con bajos impuestos", recaudado sobre las ganancias de las subsidiarias extranjeras de grupos de EEUU, dificultará reducir los cargos al cambiarlas a jurisdicciones con impuestos más bajos. Al mismo tiempo, un "impuesto de erosión de base anti-abuso", limitará la capacidad de para aprovechar los créditos fiscales.

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