Elecciones en Corea del Sur marcarían quiebre en histórica alianza entre Seúl y Washington
Moon Jae-in, que lidera ampliamente los sondeos para los comicios de mañana, amenazó con retirar del país el sistema anti misiles estadounidense.
- T+
- T-
La larga luna de miel entre EEUU y Corea del Sur –que empezó después de la Guerra de Corea, hace casi 65 años– puede terminar mañana, con la elección del nuevo presidente de la nación asiática. El favorito para el puesto, Moon Jae-in, ha amenazado con revertir la política exterior del socio estadounidense en la región, en medio de tensiones en la península por nuevas pruebas de misiles norcoreanos.
El candidato del Partido Democrático de centro-izquierda, abogado de derechos humanos e hijo de refugiados norcoreanos, está por encima de su rival más próximo, Ahn Cheol-soo, del centrista Partido Popular, por quince puntos porcentuales, haciendo su victoria casi segura.
Reunificación coreana
La apuesta de Moon por un acercamiento económico con Corea del Norte va en contra de la política de EEUU, que aboga por un enfoque más duro e incluso no descarta la opción militar. Así, el candidato buscará estrechar lazos con Pyongyang reabriendo la zona industrial Kaesong en la frontera, proyecto estrella de su “Política del Sol” de acercamiento con el vecino del norte, y cerrada en 2016 como respuesta a las pruebas de misiles.
El hecho violaría el espíritu de las sanciones de la ONU que buscan detener el flujo de dinero para el programa nuclear norcoreano. Por exigencias de Pyongyang, el sueldo de los trabajadores no era pagado directamente, sino a las autoridades comunistas.
Sin embargo, el giro hacia el norte no será fácil, ya que en los últimos meses las demostraciones de fuerza de ambos lados llevaron la situación en la península al borde de la guerra. El viernes, el líder norcoreano, Kim Jong-un, visitó las instalaciones en las islas de Jangjae y Mu desde donde se lanzó un ataque contra Corea del Sur en 2010. Según la agencia norcoreana KCNA, Kim, fue informado acerca de “movimientos recientes del enemigo” y “examinó planes de ataque”.
THAAD y China
Mientras tanto, lo que más preocupa a EEUU es el tono más duro de Moon hacia Washington.
El aspirante ya afirmó que revisará el acuerdo por el sistemas anti misiles THAAD, desplegados en el país el mes pasado. Moon señaló que la decisión fue “muy inapropiada” y fue tomada “sin cumplir con procedimientos democráticos”. Además, afirmó “severamente” que cualquier decisión de EEUU respecto de Corea del Norte no puede tomarse “sin consultas detalladas con Corea del Sur”, ya que en el caso de un ataque es el país el que va a sufrir las consecuencias.
Moon, como sus predecesores, tendrá que buscar un balance entre los dos gigantes, EEUU y China, su mayor socio comercial. Beijing ya usó su método preferido de “diplomacia de boicot” en respuesta al despliegue de THAAD, que considera una amenaza para su seguridad, prohibiendo la entrada de sus ciudadanos al país, una gran fuente de ingresos para el turismo y el retail surcoreano, y cerrando las tiendas chinas del gigante surcoreano Lotte.
Y mientras que el gobierno de la destituida presidenta Park Geun-hye ha sido fiel a su socio occidental, enfrentando estóicamente las consecuencias, ahora el mismo EEUU empuja a la nueva administración hacia el otro lado.
El mes pasado, el presidente Donald Trump aseguró que los surcoreanos deberán pagar US$ 1.000 millones por el sistema anti misiles, afirmando además que va revisar el acuerdo de libre comercio entre ambas naciones.
“Trump ha lanzado a Corea del Sur un desaire tras otro. Los votantes quieren un presidente que pueda proteger los intereses del país”, dijo a FT Hans Schattle, profesor de ciencias políticas de Universidad Yonsei de Seúl.