Cuba, Corea del Norte, Filipinas, Mongolia, Serbia, Papúa Nueva Guinea y un puñado de países más que pueden contarse con los dedos de las manos. Esos serán los únicos lugares del planeta donde mañana no se verá en directo el partido que disputarán el Real Madrid y el FC Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu.
Según con el diario español Expansión, el clásico es el partido de fútbol más seguido cada año en todo el mundo, con una audiencia global que supera los 500 millones de espectadores. La cifra supera incluso al número de espectadores que ven la final de la Champions League.
El único partido de fútbol que sobrepasa la audiencia que genera un encuentro entre el Barcelona y el Real Madrid sucede cada cuatro años: se trata de la final de un Mundial. Por ejemplo, la final de la Copa del Mundo de Sudáfrica tuvo 909 millones de telespectadores, mientras que la final del mundial de Brasil marcó el record de 1.000 millones.
La Liga española está conciente del alto interés por este partido, es por eso que organizó varios eventos alrededor del mundo. Así, en Dubái, Shanghái, Miami y en la base militar española en el Líbano, se instalarán pantallas gigantes y contarán con la presencia de embajadores de La Liga como Gaizka Mendieta, Christian Karembeu e Ismael Urzaiz.
Seguridad
Con todo, este partido tendrá también un record menos feliz, dado los recientes atentados terroristas ocurridos en Paris y que ha puesto en alerta a Europa.
Un total de 1.200 efectivos de la Policía Nacional, más del doble que en un partido normal de estas características, y 1.400 vigilantes de seguridad privada, además de miembros de la Policía Municipal y de Protección civil y Emergencias, velarán por la seguridad en el Santiago Bernabéu, consigna Expansión. De esta manera, el estadio será un verdadero búnker mientras se desarrolle el match. El dispositivo de seguridad contará con tres anillos de seguridad alrededor del Santiago Bernabéu para garantizar que sólo puedan acercarse quienes cuenten con entrada.
Se reforzarán las medidas de seguridad con la instalación de arcos en los accesos al palco de honor y a las cuatro torres que tiene el recinto.