En un golpe a Donald Trump, el demócrata Doug Jones ganó el lunes las elecciones de Alabama para el Senado de Estados Unidos, conquistando uno de los estados más republicanos del país.
“Es una gran derrota política tanto para el Partido Republicano como para la administración Trump”, considera Jacob Kirkegaard, miembro senior del Peterson Institute for International Economics.
“El hecho de que Trump personalmente participara fuertemente en la campaña del oficialista Roy Moore demuestra que no es un ganador, y él siempre quiere ser un ganador”, dijo el experto en una entrevista con DF.
- ¿Qué efecto tendrá en la agenda legislativa de Trump?
- Los republicanos lograrán cambiar el sistema tributario en las próximas semanas, pero uno de los efectos que tendrá la elección de Jones –porque ahora la mayoría republicana en el Senado será de sólo un voto- es que no podrán aprobar cualquier otro proyecto que deba ser aprobado sólo con votos republicanos: infraestructura, cambios al plan de salud, asuntos de migración, particularmente los “Dreamers”.
- Algunos culpan al ala derechista del partido de promover a Moore, ¿vamos a ver mayor división dentro del partido?
- No hay duda de que la guerra civil en el Partido Republicano continuará. El ala populista conservadora de Steve Bannon perdió en una contienda donde los demócratas no han logrado un puesto senatorial por unos 25 años, pero son probablemente la fuerza más poderosa dentro del partido.
- ¿Qué significa para las elecciones de mitad de período?
- Los demócratas tienen mucho entusiasmo de su lado y parecen estar superando algunos problemas de movilización, particularmente entre los afroamericanos. Por eso, tienen buenas posibilidades de ganar las elecciones en 2018, veo un 60% de probabilidad de que obtengan mayoría en la cámara baja.
- ¿Podemos esperar entonces que Trump reconsidere sus políticas?
- Trump es un hombre que jamás acepta que no tuvo la razón, es mentalmente incapaz de hacerlo, así que no puedo imaginarlo cambiando sus políticas, por lo mismo creo que se volverá todavía más impopular. Y por eso los demócratas están en una buena situación para 2018.