Una escena caótica. Así definieron medios estadounidenses la intervención de la presidenta del Partido Demócrata de EEUU, Debbie Wasserman, apenas horas antes del arranque de la convención en la que la colectividad nominará a Hillary Clinton como candidata a la Casa Blanca. Su discurso fue ahogado por voces que apoyaban la candidatura del senador Bernie Sanders, descartada tras la victoria de la ex secretaria de Estado en las primarias.
Fue más que una simple anécdota. Wasserman anunció ayer que no moderaría la convención y que renunciará a su presidencia tras el encuentro de esta semana, luego de que Wikileaks publicara correos electrónicos supuestamente obtenidos por hackers rusos en los que evidenciaba su apoyo a la candidatura de Clinton en medio de las primarias.
La próxima presidenta interina de los demócratas, Donna Brazile, ofreció disculpas a nombre del partido. “Pido perdón no sólo al senador (Bernie) Sanders, sino también a todo el resto de las personas, nuestros donantes y nuestros voluntarios”, dijo a la cadena de televisión ABC.
El escándalo tiene el potencial de dividir a un partido que había alcanzado una aparente unidad luego de que Sanders anunciara su apoyo a su ex contendora. A diferencia de la convención republicana –en la que el ex candidato Ted Cruz, segundo en la carrera, se rehusó a entregar su apoyo a Donald Trump y estuvieron ausentes figuras prominentes–, los demócratas esperaban mostrar un partido cohesionado ante la elección de noviembre. Barack Obama, su esposa Michelle, el vicepresidente Joe Biden y la senadora Elizabeth Warren están entre los ponentes de la convención.
La esperanza de mantener la unidad seguía viva ayer para asesores de Clinton. Su jefe de campaña, Robby Mook, señaló que la controversia será “temporal”, y apuntó a una maniobra de Moscú para favorecer a Trump.
En un guiño a los votantes descontentos de Sanders, el candidato republicano criticó a Clinton. “La ‘torcida’ Hillary sabía que había una trampa y B (Sanders) nunca tuvo una oportunidad”.
La ex senadora de Ohio Nina Turner –quien apoyaba a Sanders– señaló que “aún espero más declaraciones que condenen” la situación.
Los ojos sobre Sanders
Incluso semanas después de que Clinton consiguiera los delegados suficientes para lograr la nominación a la candidatura demócrata, Sanders se había rehusado a abandonar la carrera y entregar su apoyo a la ex secretaria de Estado. Ayer, fueron muchos de sus votantes y delegados los que dejaron clara su incomodidad con la idea de respaldar a la ex primera dama.
Antes de subirse al escenario principal de la convención en Philadelphia, el senador ofreció un discurso público ante algunos de sus votantes y reiteró su llamado a respaldar la fórmula de Hillary Clinton y el candidato a vicepresidente Tim Kaine. “Hermanos y hermanas, este es el mundo real en el que vivimos (...) tenemos que vencer a Donald Trump y elegir a Hillary Clinton y Tim Kaine”, señaló el ex aspirante, quien agregó que la renuncia de Wasserman es un paso adelante para las personas “que quieren un cambio de verdad”.
La multitud respondió con abucheos y gritos de “queremos a Bernie”, haciendo eco de una campaña que atacó con fuerza a la ex secretaria de Estado y al proceso de nominación del partido.
En privado, según una publicación de Bloomberg, el ex pre candidato envió un mensaje de texto a sus delegados pidiendo “no participar en ningún tipo de protestas” durante la convención. No obstante, los gritos con su nombre interrumpieron reiteradamente los discursos.
Se cierra la brecha
Dos encuestas dadas a conocer ayer mostraron un avance en la candidatura de Trump, quien incluso superó a Clinton por tres puntos en una de ellas. El sondeo de CNN/ORC reflejó –por primera vez para ellos– una ventaja del magnate, con 48% de las preferencias, por sobre 45% obtenido por Clinton. No obstante, está dentro del margen de error de 3,5%. Otro estudio, de CBS News, también reflejó empate técnico. Trump superó a Clinton por un punto (44% contra 43%), una diferencia que está dentro del margen de error de 4%.
