Desde ayer, Donald Trump dejó de ser el “presunto” candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos para pasar a ser, formalmente, el representante conservador para las elecciones de noviembre.
Después de meses de polémica, críticas, dudas y de enfrentarse a otros 16 aspirantes, el magnate fue reconocido por líderes del partido como su nominado para la Casa Blanca.
“Es mi honor y un placer nominar a Donald J Trump como presidente de EEUU”, dijo el senador por Alabama, Jeff Sessions, el primer delegado en proponer su nombre. Y, así, cada uno de los estados hasta que reportar todos los votos.
Actores nacionales del GOP, como el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y los ex candidatos Marco Rubio y Ted Cruz centraron sus intervenciones en defender el plan económico de Trump.
Sin embargo, el nombramiento del magnate quedó opacado por la controversia ante las acusaciones de que el discurso ofrecido la noche previa por su esposa, Melania Trump, plagió el de la actual primera dama, Michelle Obama, ofrecido en la Convención Demócrata de 2008.
La ex modelo eslovena destacó su carácter de inmigrante y las enseñanzas “con valores” que le dejó su padre, como “el trabajo duro para lo que se quiere en la vida”; frase exacta a la de Michelle Obama.
El director de la campaña de Trump, Paul Manafort, defendió la autenticidad del escrito y consideró que era “absurdo” pensar que alguien lo hubiese copiado sabiendo lo relevante y conocido que iba a ser.