El
vicepresidente de la asociación bancaria de Ginebra, Nicolas Pictet,
declaró hoy que los últimos acuerdos entre Suiza y otros países sobre
intercambio de datos fiscales no afectan al secreto bancario suizo, la
clave de su sistema.
"El secreto bancario está vivo", dijo
Pictet y explicó que "los acuerdos de intercambio de información
fiscal no cuestionan el secreto bancario, pues el gobierno helvético
sólo entregará información en caso de delito".
Además, opinó
que "un ejecutivo no debería responder con el envío de informes a todas
las peticiones", ya que, a su juicio, "el secreto bancario es la piedra
angular" del sistema financiero de Suiza.
Por ello, Pictet
alertó de que la desaparición del secreto financiero supondría una gran
pérdida económica para el país, pues reduciría sustancialmente la
aportación del sector financiero al PIB helvético, que en 2009 fue del
11%.
Y es que, según el vicepresidente de "Genève
Place Financière", sólo la banca privada representa más del 3% del PIB de Suiza, un país que, con el 0,11% de la población
mundial, custodia el 27% de la riqueza depositada en el
extranjero.
Concretamente, sus activos bajo gestión se valoran
en cerca de US$ 2 billones, mientras que el total mundial de
activos depositados en el extranjero ronda los US$ 7 billones, de
acuerdo con la asociación bancaria de Ginebra.
No obstante,
"Genève Place Financière" aclaró que la riqueza mundial gestionada en el
extranjero sólo supone menos del 5% de todos los activos del
mundo, cuyo coste se calcula en US$ 140 billones.
Pero,
pese a la debilidad de la recuperación mundial de la economía, Pictet
no teme que a su país le afecte una nueva ofensiva del G20 a los
paraísos fiscales como ocurrió hace unos meses, "pues Suiza no es un
paraíso fiscal".