En Chile, los trabajadores son conscientes de la relevancia del almuerzo en su desempeño laboral. Sin embargo, pese a dicha consciencia, en la práctica muchos se saltan esta alimentación del día.
Así lo muestra la última edición del estudio “Radiografía al Almuerzo de los trabajadores en Chile”, elaborado por Edenred Chile.
De acuerdo al sondeo, que recogió la opinión de más de 700 trabajadores, un 57% declaró que no reciben ningún tipo de beneficio de alimentación por parte de su empleador. En la otra vereda, quienes sí cuentan con este apoyo lo reciben a través de acceso a un casino, en dinero o tarjeta de alimentación.
Si bien el sondeo permitió constatar que para un 73% de los consultados una alimentación saludable influiría en su rendimiento laboral, en la práctica muchos no son coherentes con dicho planteamiento, ya que un 61% de los encuestados dijo que “a veces” o “casi siempre” se salta el almuerzo por la carga laboral.
Para Bárbara Flores, nutricionista y líder de Bienestar de Edenred, este es un tema “especialmente preocupante en estos tiempos, donde diversos estudios han demostrado la relación entre la alimentación y el estrés, y cómo ambos factores impactan no solo en el rendimiento y desempeño laboral, sino también en la salud metabólica y emocional”.
A su juicio, para las áreas de personas, esto debería ser una señal de alerta. “Es fundamental identificar estas conductas -sobre todo cuando se convierten en prácticas frecuentes- y promover iniciativas que fortalezcan los pilares del bienestar de los colaboradores. Promover herramientas que favorezcan el bienestar durante la jornada laboral no es solo una buena práctica: es estratégico para las compañías y vital para las personas”, dice.
Con respecto a las razones para no alimentarse saludablemente, la encuesta arrojó que un 33% de quienes la respondieron atribuye sus dificultades para comer a la falta de tiempo, mientras que un 16% asegura que simplemente no existen opciones adecuadas en su entorno laboral. Además, un 48% apuntó a los precios.
Las recomendaciones
Para Flores, estos resultados reflejan que las empresas tienen un papel clave en este tema.
“Las organizaciones tienen una oportunidad concreta de impulsar hábitos más saludables mediante campañas de sensibilización y programas de bienestar que involucren tanto a colaboradores como a jefaturas. Cuando se implementan bien, estos programas impactan positivamente en el autocuidado, la alimentación cotidiana y el clima laboral”, dijo.
Flores agregó que los beneficios entregados a través de tarjetas de alimentación representan un avance porque permiten libertad de elección. “Esa flexibilidad abre la puerta a que las personas alternen entre opciones más indulgentes y otras más equilibradas, y facilita también estrategias educativas desde la empresa. La clave no es imponer dietas livianas o restringidas, sino favorecer elecciones saludables y completas”.
José Moya, nutricionista y magíster en salud pública que participó en el lanzamiento de los resultados, advirtió que hay que tomar acciones en torno a este tema. De lo contrario, dijo que habrá varios problemas de salud.
“Al año 2030 los costos totales atribuibles al sobrepeso y obesidad podrían superar los $ 3 billones anuales. Estos problemas no solo se relacionan con enfermedades crónicas y al menos 12 tipos de cáncer, sino también con pérdidas económicas por presentismo y ausentismo que, a nivel global, se estiman en más de US$ 2.000 millones anuales. Implementar programas de alimentación saludable puede reducir la rotación de personal en un 25% y aumentar la productividad hasta en un 10%”, expone.