El menor dinamismo del mercado laboral, con una baja creación de empleo y una desocupación cercana al 9%, ha abierto un debate al cual el Banco Central agregó nuevos antecedentes. Uno de los recuadros del Informe de Política Monetaria (IPoM) planteó que no solo hay factores legales detrás de las recientes tendencias, sino que también aspectos de más largo aliento, como la automatización.
El análisis parte constatando que en mayo de 2023 se aprobó la Ley que estipuló incrementos del salario mínimo de 7,3%, de 4,5% en septiembre de ese año, de 8,7% en julio de 2024 y 2,1% en enero de 2025, acumulando un alza de 24,5%, comparado con el alza acumulada del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 7% en dicho lapso y 14,2% del índice de remuneraciones medido por el INE.
Junto con lo anterior, Albagli et al. (2025) actualizó el trabajo presentado a fines de 2024, en el que, a partir de los registros administrativos de la Administradora de Fondos de Cesantía (AFC), separó a las empresas en dos grupos según la fracción de trabajadores afectos al salario mínimo.

Los resultados muestran que, en promedio entre marzo de 2023 y abril de 2025, los salarios de las firmas con más trabajadores afectos al mínimo crecieron 4,8% más que los de empresas con menos trabajadores afectos. Al mismo tiempo, el empleo de esas empresas cayó en promedio 5,6% respecto del empleo de las menos afectadas.
Ahora, continúa el recuadro, si bien el ejercicio previo permite establecer una causalidad del aumento de los costos laborales en empleo y otras variables, no está diseñado para cuantificar los efectos agregados en el mercado laboral.
Para este fin, se usaron dos metodologías adicionales. En la primera, se realizan estimaciones de un modelo semi-estructural SVAR, que encuentra que, en el último año, distintos shocks de oferta y de costos -incluyendo el alza del salario mínimo y la Ley de 40 horas- explican la mayor parte del alza de los costos laborales y han incidido “negativamente” en el empleo.
“Según estas estimaciones, un incremento real del salario mínimo similar a lo observado desde 2023 provoca una caída de aproximadamente -1,5% en el empleo asalariado formal y un impacto algo menor en el empleo total”, dice el análisis.
En la segunda metodología, se utilizan una extensión del modelo económico de equilibrio general XMAS (García et al., 2019) para entender el comportamiento reciente de los salarios y el empleo.
Aquí, los resultados sugieren que, en el período 2022-2025, las medidas legislativas han aumentado tanto los salarios promedio como la tasa de desempleo. Respecto a los primeros, el efecto en el nivel del salario real ha sido del orden de 1,1%, en promedio, cuando se consideran todas las políticas, y de 0,85%, cuando se considera solo el salario mínimo. En el desempleo, se estima un aumento de hasta 0,3 puntos porcentuales (pp.) respecto de su nivel de largo plazo.
Factor tecnológico
A través de la aplicación de técnicas de análisis cualitativo a las transcripciones de 365 entrevistas semi estructuradas que se realizaron entre febrero de 2023 y agosto de 2025, el recuadro concluye que, según la percepción de las empresas, en los últimos años se ha consolidado un nuevo equilibrio organizacional caracterizado por dotaciones laborales más reducidas.
“Esto no solo se explica por la evolución de la actividad económica o el aumento de costos, sino también por la introducción de nuevas tecnologías, la reorganización del trabajo y las presiones regulatorias”, agrega el análisis.
Según lo que se concluye, estas tendencias no operan de manera aislada, sino que se refuerzan mutuamente y generan efectos encadenados.
“Por ejemplo, en opinión de las empresas, la automatización ha permitido operar con menos personal, lo que ha contribuido a consolidar dotaciones mínimas eficientes. A su vez, esta reducción ha generado holguras en el mercado laboral, especialmente en segmentos de menor calificación”, destaca el recuadro.
Al mismo tiempo, continúa, la automatización ha transformado los perfiles requeridos, lo que explica en parte la dificultad para encontrar mano de obra calificada, especialmente en sectores más tecnificados.