Por Marco Fajardo
Mientras los economistas siguen rebajando sus proyecciones para el crecimiento de Brasil, el banco central se apronta a anunciar mañana una nueva alza de la tasa de interés, en medio de la lucha contra la inflación, al tiempo que se acumulan negativos datos de ventas minoristas y de producción industrial.
La tasa de referencia Selic subiría de 8% a 8,5%, según sondeos coincidentes de Bloomberg y Reuters. Las autoridades quieren contener la inflación, aunque un alza de tasas puede golpear aún más el débil crecimiento.
Los tipos se incrementarían así por tercera ocasión consecutiva para tratar de recuperar el control de la inflación a medida que la fuerte caída en el valor de la moneda presiona al alza los precios a través de las importaciones.
El ex ministro de Finanzas de Brasil, Antonio Delfim Neto, señaló el domingo que la tasa seguirá subiendo los próximos 15-20 meses, hasta que la inflación esté dentro del rango oficial. Un sondeo de Focus proyecta que los tipos llegarán a 9,25% hacia fin de año.
Según informó el gobierno el viernes, en junio la inflación interanual llegó a 6,7%, por encima de la meta oficial de 4,5%, con un rango de variación de dos puntos porcentuales hacia arriba y hacia abajo.
Sin embargo, un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) para Latinoamérica difundido ayer reveló que la inflación anual alimentaria en Brasil alcanzó 13,5% en mayo, sólo superado por Venezuela.
Menos crecimiento
La subida de tasas podría golpear aún más el débil crecimiento de Brasil. Ayer el sondeo del banco central entre los principales economistas locales redujo por octava semana consecutiva sus previsiones de expansión económica para 2013, recortando las expectativas de 2,40%, la semana pasada, a 2,34%.
Asimismo, rebajaron las previsiones de crecimiento para 2014, de 3% a 2,8%.
Esta es la primera vez que las proyecciones para ambos ejercicios se sitúan por debajo de 3%.
Un reporte del banco suizo UBS de ayer también recortó el pronóstico para 2014, de 3,4% a 3,2%, citando que “la incertidumbre global, la alta inflación y el creciente descontento interno pesarán sobre la demanda interna, tanto en inversión como consumo de los hogares”.
Caen ventas minoristas
Las negativas señales económicas se multiplican. Un sondeo de Reuters difundido ayer indicó que las ventas minoristas habrían bajado a una cifra estacionalmente ajustada de 0,3% en mayo respecto a abril, revirtiendo la mayor parte del incremento de 0,5% del mes pasado. Los datos oficiales se entregan el jueves.
“El descenso en la confianza del consumidor y el relativamente lento crecimiento del crédito son las principales causas de la reciente desaceleración de las ventas minoristas”, dijeron analistas de Citigroup en una nota.
El sector industrial también tiene problemas. El uso de la capacidad instalada de la industria de Brasil bajó a 82,2% en mayo desde 82,9% en abril, informó ayer la Confederación de la Industria (CNI) local. Tras una revisión de las cifras, además, el dato de abril fue revisado a la baja desde el 83,3% informado originalmente.
Crece agitación social
El deterioro de la situación económica, además, está impulsando una ola de protestas, que aumentan la presión sobre el gobierno. Para el jueves está convocada un paro nacional para exigir un mayor control del la inflación, una semana laboral de 40 horas sin reducción salarial, un aumento de pensiones y más inversión en salud y educación.
Las protestas no deberían dañar la inversión, pero dependerá de la respuesta del gobierno en materia de control de precios y mejoras en servicios públicos, dijo el viernes el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.
Las peticiones de mayor gasto fiscal contrastan con las intenciones del gobierno, que evalúa congelar el gasto fiscal. El viernes, el ministro de Finanzas, Guido Mantega, anunció un recorte del presupuesto de
US$ 6.000 millones.
Medios locales especulan sobre cambios en el equipo económico, aunque la presidencia lo ha desmentido.

Luciano Rostagno, estratega jefe de Westlb en Brasil:
"El modelo basado en el consumo ya llegó a su límite"
- ¿Por qué las proyecciones de crecimiento de Brasil siguen cayendo?
- Estamos viendo una caída del consumo interno debido a la inflación y sabemos que el consumo privado ha sido el principal impulsor del crecimiento en Brasil. Eso lleva a las continuas rebajas de proyecciones. Las protestas y la turbulencia en los mercados financieros internacionales también contribuyen a eso.
- ¿Cuanto tiempo pueden seguir estas rebajas?
- Creo que aún no ha terminado. Espero un crecimiento de 2,1% este año. Como el pronóstico medio es de 2,34%, espero que en los próximos meses siga cayendo. Dependerá de cómo evolucione el consumo y la inversión en los próximos trimestres.
- ¿Qué reformas son necesarias para impulsar el crecimiento?
- Creo que aún hay muchas reformas que están esperando su aprobación en el Congreso, pero son difíciles de lograr. Las principales son la reforma impositiva y una reforma política.
- ¿Cómo ha afectado la intervención estatal a la inversión?
- Creo que el exceso de intervención estatal ha incrementando la percepción de riesgo de la economía brasileña. Necesitamos que el gobierno permita al sector privado expandirse y medidas más amigables con las empresas.
- Con las protestas hay una presión para incrementar el gasto fiscal. ¿Eso es bueno o malo para la economía?
- Creo que es malo, porque de hecho necesitamos incrementar la credibilidad fiscal. Aunque tras las protestas hemos visto que el gobierno ha anunciado nuevas medidas populistas, esperamos que el gobierno anunciar algunos recortes. Sin embargo, no creemos que sean suficientes para alcanzar la meta del 2,3% del superávit del PIB, ya que por la desaceleración habrá una menor recaudación impositiva.
- Finalmente, ¿a qué se debe la alta inflación?
- A que el modelo de crecimiento basado en el consumo ha alcanzado su límite. El aumento de tasas ayudará para controlarla, aunque no creemos que vuelva a la meta media del 4,5% durante el próximo año.