La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, habló en cadena pública sobre las graves manifestaciones que sacuden al país generadas en demanda por mejores servicios básicos.
"El gobierno y la sociedad no puede aceptar que una minoría violente, de manera dictatorial, el patrimonio público y privado", destacó la mandataria, quien además comprometió la generación de un gran pacto para mejorar la principal demanda de los manifestantes: mejoras en los servicios públicos.
Rousseff agregó que las manifestaciones junto con alterar el orden de los centros urbanos, son promovidas por una pequeña minoría que "manchan" un movimiento pácifico y ha provocado que "Brasil tenga verguenza ante el mundo".
"Les aseguro a ustedes que vamos a mantener el orden", añadió.
Respecto a los gastos en el mundial de futbol, la mandataria sostuvo que los ingresos han sido financiado "debidamente" por el gobierno y las empresas, por lo que no se han comprometido los gastos que el gobierno realiza sobre la salud o la educación.
Otros cambios que prometió la sucesora de Lula da Silva fueron un plan nacional de movilidad urbana que acentúe el transporte colectivo y anunció que destinará más recursos para educación y salud financiados con aportes del petróleo.
Por último, la mandataria señaló que durante los próximos días recibirá a los líderes de los movimientos y organizaciones sociales de las manifestaciones, ya que "necesita de sus contribuciones y reflexiones, sus experiencias, energía y creatividad".
"Necesitamos oxigenar nuestro sistema político", sentenció.