Muere Fernando de la Rúa, el hombre que gobernó Argentina durante su peor crisis económica
El expresidente, impulsor del denominado “corralito”, pagó con su salida la falta de acuerdo y las manifestaciones por la aplicación de la medida en 2001. El jefe de Estado, Mauricio Macri, decretó tres días de duelo nacional.
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Tres veces senador, una diputado, primer alcalde electo por votación popular en Buenos Aires y finalmente, llegó a la Casa Rosada el 10 de diciembre de 1999, luego de que el expresidente argentino, Carlos Menem, le entregara la banda finalizado su segundo gobierno. Así, Fernando de la Rúa se convirtió en presidente de Argentina y ayer, tras sufrir afecciones cardíacas y renales, falleció a los 81 años.
El político de centroizquierda nació en Córdoba, Argentina, el 15 de septiembre de 1937 y estuvo ligado al partido Unión Cívica Radical desde muy joven. Su gestión como edil de la capital argentina fue su pasaje a la Casa Rosada, aunque no todo salió como esperaba.
Acorralado
Su mandato estuvo profundamente marcado por la crisis financiera que golpeó a Argentina en 2001. La débil política fiscal, una alta cifra de inflación y poca flexibilidad interna, dieron paso a la petición de un préstamo por US$ 1.200 millones para el país, por parte del Fondo Monetario Mundial el 1 de diciembre de 2001. Sin embargo, esta solución sólo empeoraría las cosas, porque Argentina se encontraba en un punto de deuda sin retorno.
Para frenar el retiro masivo de ahorro de sus cuentas por parte de los ciudadanos, el gobierno implementó controles de capital, tanto en pesos como en dólares: el conocido “corralito”, que daba US$ 250 por semana en efectivo como límite, y prohibía realizar giros al extranjero, lo que dio fuerza a las protestas. Debido a la incertidumbre e inestabilidad, se congelaron la mayoría de los depósitos y muchos argentinos perdieron sus ahorros.
Sin embargo, el FMI canceló el crédito previsto para Argentina, dejando a De la Rúa a cargo de un país aún más angustiado ante la crisis que estaban viviendo.
“Quiero informarles que he decretado estado de sitio en todo el territorio nacional (…) Nuestro país vive horas difíciles que muestran la culminación de un largo proceso de deterioro”, decía el exmandatario en cadena nacional el 19 de diciembre de 2001, cuando las violentas manifestaciones, saqueos y cacerolazos se tomaron las calles trasandinas.
Asimismo, llamó al trabajo conjunto entre partidos políticos, gobernadores provinciales y bloques legislativos para llegar a acuerdos por el tenso escenario.
Además, los emplazó a ser “autocríticos”. “Confío en que muy pronto, con la unidad nacional como bandera, retomaremos el camino del crecimiento y superaremos los problemas que trabaron nuestro progreso”, enfatizó, e hizo hincapié en su empatía por las malas condiciones que estaba viviendo el pueblo argentino: “Comprendo las penurias que atraviesan muchos de mis compatriotas (…) Los problemas hay que afrontarlos y eso estamos haciendo. Es mi compromiso trabajar para resolver la emergencia social”, afirmó casi al término de la trasmisión.
Sin embargo, ese compromiso no se materializó.
El vuelo
El descontento social fue tal que De la Rúa renunció a su cargo al día siguiente del mensaje televisado, lo que puso fin a una gestión que duró sólo dos años y 10 días, a pesar de que su período se extendía hasta 2003.
Su renuncia no fue una dimisión típica. A eso de las 20 horas del 20 de diciembre, De la Rúa abandonó la Casa Rosada... en helicóptero.
“La renuncia de De la Rúa no sorprendió a nadie. La salida anticipada del Presidente trajo algo de alivio a una sociedad angustiada por el estallido social que produjo 30 muertos y más de 400 heridos, víctimas de la crisis económica que ha puesto a la Argentina al borde de la cesación de pagos y en el centro de la atención mundial”, consignó el diario trasandino Clarín ese día.
“Eso fue un error, como todos esos casos en que uno da lugar a una imagen que se convierte en símbolo”, sostuvo el exmandatario sobre su particular retiro de la casa de gobierno, en entrevista con el diario El País en 2016.
Tras su renuncia, Ramón Puerta, presidente del Senado de esos años, asumió el cargo y convocó una asamblea para elegir a su sucesor: el peronista Adolfo Rodríguez Saá fue el elegido, pero una semana después, también renunció.
Por lo controvertido de su gestión, las reacciones por la muerte de De la Rúa no tardaron en llegar. El hoy mandatario de Argentina, Mauricio Macri, publicó en Twitter: “Lamento el fallecimiento del expresidente Fernando de la Rúa. Su trayectoria democrática merece el reconocimiento de todos los argentinos. Acompañamos a su familia en este momento”.
Su comentario encendió las redes sociales. “Lamentaste los más de 40 muertos de diciembre de 2001?”, “No me da pena ni alegría, se murió una persona que hizo mucho mal al pueblo argentino, recordemos todo sino de qué vale la memoria...”, son algunas de las respuestas a su publicación.
El gobierno trasandino decretó tres días de duelo nacional por la muerte del exjefe de Estado.