El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en la tarde de este viernes que impondrá un arancel adicional del 100% a China, así como controles de exportación sobre “todo y cualquier software crítico” a partir del 1 de noviembre, solo horas después de amenazar con cancelar una próxima reunión con el líder del país, Xi Jinping.
“Se acaba de saber que China ha adoptado una postura extraordinariamente agresiva en materia de comercio al enviar una carta extremadamente hostil al mundo, declarando que, a partir del 1 de noviembre de 2025, impondrá controles de exportación a gran escala sobre prácticamente todos los productos que fabrica, y algunos que ni siquiera son fabricados por ellos”, dijo Trump en una publicación en las redes sociales.
La declaración se produjo después de que Trump amenazara más temprano con tomar medidas comerciales contra China, citando los controles de exportación "hostiles" que Beijing impuso a los minerales de tierras raras. Trump también afirmó que no parecía haber "motivo" para llevar adelante una reunión prevista con Xi en el marco de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Corea del Sur a finales de este mes, aunque el momento de los aranceles recién anunciados aún deja margen para que dicha reunión se celebre antes de su entrada en vigor.
La amenaza de una escalada arancelaria masiva reavivará los temores de una perturbación global del comercio que podría hacer que las dos economías más grandes del mundo en la práctica corten sus lazos, y aumentará dramáticamente los riesgos para Trump y Xi mientras navegan por negociaciones comerciales de alto riesgo.
Fin de la tregua
Los aranceles anunciados por Trump elevarían los impuestos de importación sobre muchos productos chinos a 130% a partir del próximo mes. Esta cifra estaría justo por debajo del 145% impuesto a principios de este año, antes de que ambos países redujeran los gravámenes en una tregua para avanzar en las negociaciones comerciales.
Los mercados se resintieron ante los comentarios del presidente el viernes por la mañana, y las acciones estadounidenses sufrieron su peor ola de ventas en seis meses. El índice S&P 500 borró su avance semanal tras caer un 2,7%, su peor día desde el 10 de abril. El índice Nasdaq 100 se desplomó un 3,5%. Los futuros de soja de Chicago llegaron a caer un 1,9%.
Antes de la reunión prevista, tanto Estados Unidos como China tomaron medidas para limitar el flujo de tecnología y materiales entre ambos países, lo cual se había considerado una forma de obtener ventaja en las conversaciones. Algunas de las últimas medidas anunciadas por Beijing debían entrar en vigor el 8 de noviembre, por lo que no comenzarían a aplicarse antes de la reunión de los líderes.
En la acción más reciente, China impuso nuevas tarifas portuarias a los buques estadounidenses e inició una investigación antimonopolio sobre Qualcomm, luego de nuevos esfuerzos para restringir el flujo de minerales de tierras raras necesarios para fabricar numerosos productos de consumo, incluidos motores, semiconductores y aviones de combate.
El anuncio pone en duda no sólo la agenda del viaje planeado de Trump a Asia, que incluía una reunión con Xi este mes en la cumbre de la APEC, sino también el futuro de las negociaciones sobre la negativa de China a comprar soja estadounidense, que ha golpeado a los agricultores estadounidenses.