La eventual
decisión del banco central estadounidense de inyectar más liquidez al mercado a
corto plazo si la economía así lo requiere conlleva unos riesgos que el
presidente de la Reserva Federal (Fed) de Chicago, Charles Evans, calificó como
"una trampa de liquidez".
Por mucho
dinero que el banco central inyecte en el sistema, la situación no mejorará si
los consumidores siguen apostando más por el ahorro que por las compras e
inversiones.
En ese
contexto, el responsable de la Fed de Chicago, también ha enviado señales de
respaldo para que se pongan en marcha acciones dirigidas a estimular la
recuperación.
Evans ha
explicado que la decisión de la Fed de comprar bonos del Tesoro no va a hacer
cambiar de idea a los consumidores estadounidenses, más centrados en ahorrar
que en gastar dinero.
En la misma
línea se expresan los analistas del sector privado, para los que las medidas
del regulador monetario no servirán para bajar los tipos de interés a largo
plazo. Así, las previsiones de los analistas consultados por el Wall Streegt
Journal apuntan que los tipos del bono a 10 años caerán menos de medio punto de
aquí a final de año.