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Campanadas del Big Ben
Por: | Publicado: Miércoles 27 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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El próximo movimiento en la glasnost de la Reserva Federal será una conferencia de prensa hoy tras la reunión del Comité Federal de Mercados Abiertos. La apertura es encomiable, pero (como en la Rusia de Gorbachov) la mayor transparencia puede tener consecuencias inesperadas.
Los operadores tendrán que revisar hábitos muy arraigados. La interpretación del comunicado del FOMC, de unas 150 palabras, es una habilidad que seguirá el camino de la Kremlinología de la guerra fría o la programación en Cobol. Ahora Ben Bernanke puede usar muchas más palabras para entregar matices y entrar en tecnicismos.
El período de preguntas también podría hacer que Bernanke enfrente preguntas políticas: acerca del dólar (en un mínimo postcrisis en términos de intercambio), la calificación de crédito de EEUU (bajo amenaza) y los políticos (atascados en la política fiscal). Cualquier señal de visión política sacudiría a los mercados.
En el largo plazo, las conferencias podrían fortalecer el control del presidente sobre el mensaje de la Fed. Recientemente, han hecho más ruido los conservadores gobernadores regionales. Esto opaca el triunfo de Bernanke en la última reunión al conseguir un apoyo unánime para una política controversial. Él aún conduce la Fed y ahora tendrá la oportunidad de demostrarlo.
Bernanke sigue más preocupado por la deflación que por la inflación. El mercado no. Pero Bernanke podría explicar cómo los altos precios de los commodities pueden deprimir la economía, y los precios. Como evidencia, BNY Mellon sugiere estadísticas de tránsito en EEUU: las millas conducidas aumentaron durante varias recesiones, pero han caído desde el salto del crudo en 2008.
Con los precios de los metales preciosos disparados, puede que ni siquiera una larga presentación del presidente de la Fed convenza a los mercados de que los temores deflacionarios se justifican. Pero sus palabras igual tendrán un efecto en los inversionistas.
Los operadores tendrán que revisar hábitos muy arraigados. La interpretación del comunicado del FOMC, de unas 150 palabras, es una habilidad que seguirá el camino de la Kremlinología de la guerra fría o la programación en Cobol. Ahora Ben Bernanke puede usar muchas más palabras para entregar matices y entrar en tecnicismos.
El período de preguntas también podría hacer que Bernanke enfrente preguntas políticas: acerca del dólar (en un mínimo postcrisis en términos de intercambio), la calificación de crédito de EEUU (bajo amenaza) y los políticos (atascados en la política fiscal). Cualquier señal de visión política sacudiría a los mercados.
En el largo plazo, las conferencias podrían fortalecer el control del presidente sobre el mensaje de la Fed. Recientemente, han hecho más ruido los conservadores gobernadores regionales. Esto opaca el triunfo de Bernanke en la última reunión al conseguir un apoyo unánime para una política controversial. Él aún conduce la Fed y ahora tendrá la oportunidad de demostrarlo.
Bernanke sigue más preocupado por la deflación que por la inflación. El mercado no. Pero Bernanke podría explicar cómo los altos precios de los commodities pueden deprimir la economía, y los precios. Como evidencia, BNY Mellon sugiere estadísticas de tránsito en EEUU: las millas conducidas aumentaron durante varias recesiones, pero han caído desde el salto del crudo en 2008.
Con los precios de los metales preciosos disparados, puede que ni siquiera una larga presentación del presidente de la Fed convenza a los mercados de que los temores deflacionarios se justifican. Pero sus palabras igual tendrán un efecto en los inversionistas.