FT Español

El extraño universo paralelo de Alemania

Por: | Publicado: Miércoles 25 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

El notable resultado electoral de Angela Merkel confirma su posición como el personaje político dominante en Alemania y también en Europa. Se asume que obtendrá la eurozona que desea: una Alemania a gran escala. Es posible que así suceda y, en ese caso, será un espectáculo muy deprimente.

Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas de Alemania, presentó la semana pasada en el Financial Times con sobria claridad la perspectiva sobre la cual se basa la política actual de Berlín. Los agoreros, argumentó, estaban equivocados. En cambio, “el mundo debería alegrarse de las señales económicas positivas que la eurozona está generando casi continuamente en estos días”. Si las depresiones y el desempleo masivo son un éxito, entonces los ajustes de la eurozona son sin duda un triunfo. Schäuble acusa a sus críticos de vivir en un “universo paralelo”, en cuyo caso estoy feliz de vivir en ese lugar y no en el suyo.

Ambrose Evans-Pritchard de The Telegraph proporcionó una colorida réplica. Kevin O’Rourke de Oxford y Alan Taylor de la Universidad de California, Davis, ofrecieron una evaluación sobria, llegando a la conclusión de que una ruptura no es necesariamente impensable.

Entonces, ¿dónde se encuentra la eurozona? Su tasa de desempleo es de 12%. Su PIB en el segundo trimestre estuvo 3% por debajo de su máximo anterior a la crisis y 13% por debajo de su tendencia anterior a la crisis. En el último trimestre, el PIB de España estuvo 7,5% por debajo de su máximo previo a la crisis; el de Portugal, 7,6%; Irlanda, 8,4%; Italia, 8,8% y el de Grecia, 23,4%. Ninguno de estos países está disfrutando de una fuerte recuperación. La última tasa de desempleo es de 12% en Italia; 13,8% en Irlanda; 16,5% en Portugal; 26,3% en España; y 27,9% en Grecia. Estas cifras serían mayores sin el fenómeno de la emigración. La difícil situación de Irlanda es una advertencia: desde hace mucho tiempo ha restaurado su competitividad y cuenta con un gran superávit en su cuenta corriente. Sin embargo, su PIB ha estado estancado desde hace cuatro años.

Un estancamiento similar puede ser el destino de los demás. ¿Por qué? Para entender esto, hay que entender por qué los paralelos entre las reformas de Alemania en la década de 2000 y la posición de los países vulnerables de hoy en día que presentó Schäuble son absurdos.

Alemania experimentó una leve recesión en 2003; los países vulnerables de hoy están sufriendo depresiones. El mayor déficit de la cuenta corriente de Alemania fue 1,7% del PIB en 2000; los de los países afectados por la crisis de hoy fueron mucho más grandes: los de Grecia, Portugal y España son más de 10% del PIB. Alemania no tenía grandes deudas y no tenía dificultades para autofinanciarse; hoy, los países vulnerables tienen enormes problemas de sobreendeudamiento y mucha dificultad en financiarse a sí mismos.

Antes de la crisis, las economías del mundo y la eurozona generaban una fuerte demanda por productos alemanes; ahora los países vulnerables están realizando ajustes en un período de crónica debilidad de la demanda. En el auge previo a la crisis, a los socios de Alemania les resultaba difícil prevenir una inflación alta y en la débil economía de hoy, Alemania no tiene ninguna dificultad en mantener su inflación a niveles bajos.

Las dificultades que enfrentan los países vulnerables de la eurozona reflejan estas condiciones. Tienen que mejorar su competitividad. Sin embargo, el único en el que los salarios nominales han caído sustancialmente es Grecia. En otros lugares, está aumentando la productividad y por ende mejorando la competitividad. Pero esa es la otra cara de la moneda del desempleo. Por otra parte, si los precios y los salarios caen, la carga real de la deuda aumenta. Las altas tasas de interés nominales en relación con el crecimiento de los ingresos nominales también aumentan la carga de la deuda. Todos estos países van a terminar con una deuda pública bruta en más de 100% del PIB. Esto será difícil de manejar.

En el verano boreal terrible de 2012, el Banco Central Europeo (BCE) se comprometió a “hacer todo lo posible” para salvar el euro. El BCE anunció entonces su programa de Outright Monetary Transactions (OMT) en apoyo a los bonos soberanos de los países asediados. Esto alivió la alarma de los mercados (hasta ahora). Esto le ha dado más tiempo a la eurozona, pero no ha resuelto los problemas de base.

¿Cuáles son esos problemas? El primero es salir del caos actual. El segundo es lograr las reformas necesarias a largo plazo. Las transferencias fiscales en curso no parecen ser deseables o factibles. Pero se necesitan mejores mecanismos de seguros para los soberanos y los bancos a largo plazo. Sin embargo, todo esto va a quedar en discusiones académicas si la eurozona no permite que sus miembros recuperen su salud económica en un período de tiempo razonable.

¿Podrá lograrse? Sin un cambio en la filosofía alemana, la respuesta es “NO”. Como parece recalcarlo el artículo de Schäuble, el efecto de la demanda no figura en el análisis. Sin embargo, un gran país con un enorme superávit en cuenta corriente estructural no se limita a exportar productos. También exporta la quiebra y el desempleo, sobre todo si el flujo de capital de la contraparte consiste en deuda a corto plazo. El hecho de que el nuevo procedimiento de desequilibrios macroeconómicos evita reconocer el papel que juega la escasez de la demanda interna de Alemania es más que revelador. El punto de referencia para preocuparse por un superávit de la cuenta corriente es 6% del PIB, independientemente del tamaño del país. El promedio de Alemania es exactamente 5,9%.

Entonces, ¿qué está sucediendo realmente? La respuesta es que la eurozona está tratando de convertirse en una Alemania más grande. Una mezcla de aumento de la productividad y el colapso de la demanda ha llevado a las economías vulnerables a buscar el equilibrio externo.

Mientras tanto, Alemania está redirigiendo sus excedentes fuera de la eurozona. En general, el cambio en la balanza de la cuenta corriente de la eurozona hacia un excedente entre el cuarto trimestre de 2008 y el segundo trimestre de 2013 es de 340 mil millones de euros. En la medida en que esto ayuda a resolver los problemas internos de la eurozona, lo hace mediante la exportación de la quiebra a otros lugares. Este intento de exportar sus problemas por medio de políticas que empobrecen al vecino es incompatible con las obligaciones de la eurozona dentro del G20.

Pero también esto no va a funcionar, por dos razones: en primer lugar, la eurozona es demasiado grande como para lograr un crecimiento impulsado por las exportaciones, como lo ha hecho Alemania; y en segundo lugar, es probable que la moneda se aprecie aún más, apretando nuevamente las economías menos competitivas.

Nada de esto, por lo que puedo ver, parece ser relevante del dentro universo de Schäuble. En ese universo, no se reconoce que la búsqueda de la competitividad es un juego nulo si se ignora completamente el efecto de la demanda.

La eurozona podría ser un éxito, pero no bajo esta filosofía. ¿Sobrevivirá el bloque? Nadie lo sabe realmente. ¿Es así cómo debe ejecutarse el proyecto más ambicioso de Europa? No.

Lo más leído