Futuro canciller de Austria apuesta por endurecer la política migratoria
Sebastian Kurz dijo a FT que quiere una defensa efectiva de las fronteras de la UE y controles al acceso de los extranjeros a pagos de bienestar.
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Viena
Sebastian Kurz ganó las elecciones en Austria hablando abiertamente sobre la inmigración. Ahora a punto de convertirse en canciller –y en el líder más joven de Europa- no cambiará su estilo.
La crisis de refugiados de Europa ha llevado a Austria a personas “que han traído a veces ideas que no tienen espacio en nuestro país”, dijo Kurz, de 31 años, a Financial Times. “Es una nueva forma de antisemitismo importado por algunos. Hay personas que rechazan nuestra forma de vida, que están en contra de la igualdad entre hombres y mujeres”.
El Partido Popular de Kurz obtuvo un 31,5% de los votos el domingo después de abordar las ansiedades de los austriacos de frente. Con 9 millones de personas, Austria recibió 130 mil solicitudes de asilo en 2015 y 2016 y más de 17 mil en lo que va del año.
En el gobierno la franqueza de Kurz generaría impacto en toda Europa. Él demanda la defensa efectiva de las fronteras externas de la Unión Europea, un freno a la inmigración ilegal y controles al acceso de los extranjeros a pagos de bienestar.
¿Coalición con la extrema derecha?
Habiendo ganado la elección, Kurz debe ahora construir un gobierno de coalición para asegurar la cancillería. Ha sido reservado sobre quiénes escogerá como aliados, diciendo que hablará con todos los partidos en el parlamento. Eso todavía hace posible una alianza con los Socialdemócratas de centro izquierda, quienes obtuvieron el segundo lugar de las preferencias el domingo, o un gobierno de minoría.
La mayoría de los observadores en Viena, sin embargo, creen que el resultado más probable es un pacto con el Partido de la Libertad de extrema derecha, que obtuvo un 26% de la votación como parte de un giro político masivo hacia la derecha. El Partido de la Libertad se extiende notoriamente más allá de Austria por sus vínculos históricos con los nacionalistas panalemanes, voces antisemitas y el pasado Nazi del país. Cuando el partido se unió al gobierno en 2000, Austria fue aislado por sus vecinos de la UE.
Pero es aparente que Kurz, quien desde la elección ha empezado a usar corbatas, quiere hacer respetable la idea del Partido de la Libertad en el gobierno. Sus advertencias sobre “una nueva forma de antisemitismo” claramente buscan resonar entre sus posibles aliados. Le dijo a un periódico israelí esta semana que “una política de tolerancia cero contra cualquier tendencia antisemita” sería un prerrequisito de un acuerdo de coalición.
Los aliados occidentales de Austria también están preocupados por los vínculos rusos del Partido de la Libertad. Tiene un acuerdo de cooperación con Rusia Unida, de Vladimir Putin, y está alineado con gobiernos de derecha en Hungría y Polonia. La idea de que un líder del Partido de la Libertad pudiera convertirse en ministro de Relaciones Exteriores causaría escalofríos en los círculos diplomáticos de Viena.
Kurz dice que el mundo externo tiene que entender que los políticos austríacos “son elegidos democráticamente por la gente”. Observadores extranjeros especulan sobre acuerdos de coalición “sin conocimiento realmente detallado de nuestro país, nuestra situación política, nuestra cultura política”. ¿Descartaría que el Partido de la Libertad tenga el ministerio de Relaciones Exteriores? “No tomaré parte en esa especulación”, respondió.
Islamificación de Austria
Respecto a la política doméstica, acordar un programa con el Partido de la Libertad debería ser sencillo. Ambos partidos creen que recortes de impuestos generalizados y un sector público reducido impulsarán el crecimiento económico.
Kurz aseguró que Heinz-Christian Strache, el líder del Partido de la Libertad, “tiene un punto” al advertir sobre la islamificación de Austria. “Tenemos un problema con el Islam político en Austria. Varios cientos de personas han viajado desde Austria a combatir y asesinar por el Estado Islámico en Siria e Irak. También tenemos el problema de tendencia acá en Austria que es preocupante”.
¿Dónde está el límite entre esas preocupaciones y la islamofobia? “No hay argumentos para la discriminación en Europa, sin importar si es en términos de género, orientación sexual o religión”, respondió Kurz. “Por otro lado, tampoco hay espacio para un pensamiento radical ni Islam político”, agregó.
En lo que Kurz y el Partido de la Libertad podrían chocar es sobre política europea. El Partido de la Libertad ha moderado su posición sobre la UE y ya no sugiere que Austria podría dejar la zona euro. Pero se mantiene instintivamente euroescéptico. En contraste, Kurz planteó que su partido llevó a Austria a la UE en 1995. Una “postura pro europea” es otro prerrequisito para un acuerdo de coalición.
Kurz dijo que el discurso sobre integración europea que realizó el presidente francés Emmanuel Macron el mes pasado “apunta en la dirección correcta”, especialmente en inmigración y creciente cooperación en defensa y seguridad.
Como canciller, Kurz buscaría actuar como “puente” entre Europa occidental y los países como Hungría y Polonia. Sobre las sanciones contra Rusia, afirmó que la UE debería ser “más flexible en el proceso, pero no en los principios”.