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Hacer nada “no es una opción” para Fernández

Todo cambia, así dice la lección de la novela italiana El Gatopardo...

Por: | Publicado: Martes 25 de octubre de 2011 a las 05:00 hrs.
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Todo cambia, así dice la lección de la novela italiana El Gatopardo, para que todo pueda seguir igual.

Cristina Fernández, la presidenta argentina reelecta, ha dejado claro que no quiere cambiar el alto crecimiento que su país ha estado disfrutando, y por lo que retornó abrumadoramente al poder el domingo, con casi 54% de las votaciones.

Pero mantener todo igual en Argentina, incluyendo las ultra laxas políticas monetaria y fiscal, el galopante gasto público, grandes subsidios a la energía y el transporte, hacer la vista gorda a la alta inflación y la determinación de apuntalar el peso a expensas de ocupar las reservas del banco central, será una tarea casi imposible para Fernández.

“Hacer nada no es una opción”, dijo el economista de Nomura Securities en Nueva York, Boris Segura.

El país ha perdido competitividad a medida que la economía de Brasil, su mayor socio comercial y mercado clave para sus exportaciones de manufactura, se ha desacelerado. Pero Argentina no puede hacer ningún cambio súbito al tipo de cambio por miedos a avivar la inflación, la que ya se cree ampliamente que está alrededor de 25%.

“Creo que es claro que Argentina está dirigiéndose a un problema con el peso. Hay dos maneras de tratar esto: acelerar la devaluación o reducir la inflación. Pero hay problemas con ambos”, dijo un economista jefe de un gran think-tank, que pidió no ser nombrado. El gobierno ha aplicado fuertes multas a los economistas por contradecir las cifras oficiales y desacreditadas, que muestran un cuadro más color de rosa.

Los pesimistas en el mercado ven que una recesión es una posibilidad durante el mandato de Fernández entre 2011 y 2015, y los argentinos acaudalados votaron con cautela, comprando dólares y enviándolos al extranjero, en una avalancha de capitales que podría alcanzar los
US$ 20.000 millones este año, más que el doble que el superávit comercial.

“No habrá una turbulencia, pero va a haber más turbulencia”, dijo el economista Miguel Kiguel. La desaceleración global, que ha puesto presión en los precios de las exportaciones clave de commodities alimenticios, sumada a un crecimiento más lento en los socios comerciales claves como Brasil y China, se suman a los desafíos internos.

El triunfo electoral de Fernández prueba que la gente la respaldó para seguir con el crecimiento que ha promediado casi 6% anualmente por los últimos cuatro años. Muchos están protegidos de la inflación con iguales aumentos salariales. Manejar sus expectativas, a medida que la economía se desacelera y el peso tiene que ser revaluado, no será fácil. También será clave su elección para reemplazar a Amado Boudou, el ministro de Economía.

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