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Nuevo ministro de economía de Brasil pondrá a prueba su relación con Rousseff

Se espera que el nombramiento del sensato economista estabilice la economía.

Por: Joe Leahy y Samantha Pearson, Financial Times | Publicado: Viernes 28 de noviembre de 2014 a las 12:26 hrs.
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Cuando la semana pasada comenzó a ganar fuerza la especulación de que el gobierno de centro-izquierda de Brasil nombraría al ex secretario del Tesoro, Joaquim Levy, como ministro de finanzas, el líder de la oposición, Aécio Neves, bromeó diciendo que sería como poner al jefe de la CIA a la cabeza de la KGB.

El Sr. Neves, líder del partido PSDB pro-empresarial que perdió estrechamente la elección frente a la Sra. Rousseff y su Partido de los Trabajadores (PT) el mes pasado, podría no estar muy errado.

En vistas de que muchos esperan que la Sra. Rousseff anuncie oficialmente el nombramiento del Sr. Levy, graduado de la Universidad de Chicago, posiblemente en la tarde del jueves, los inversionistas del mercado de capitales – hasta entonces hostiles hacia la presidenta – han aclamado la decisión.

La moneda de Brasil fue una de las que mejor rendimiento tuvo en los mercados emergentes esta semana debido a las expectativas de que el nombramiento del Sr. Levy implique que la presidenta está reconsiderando las políticas populistas que le ayudaron a ganar las elecciones en octubre, pero que han llevado la economía al borde del abismo.

A diferencia del actual ministro de economía de la Sra. Rousseff, Guido Mantega, quien ha supervisado un estímulo fiscal que los críticos dicen está poniendo en peligro la calificación crediticia de grado de inversión de Brasil, se conoce que el Sr. Levy cree en el estricto control de las finanzas públicas.

El esperado nombramiento del Sr. Levy y su equipo económico es potencialmente el punto de inflexión más importante para la economía de Brasil desde que la Sra. Rousseff asumió el cargo de su popular predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, en 2011.

El ex presidente era considerado un hombre pragmático que fue capaz de equilibrar las políticas macroeconómicas ortodoxas, tales como mantener la inflación bajo control y mantener un superávit fiscal saludable – el superávit presupuestario antes del pago de intereses – con la tarea de sostener el crecimiento económico y el aumento del gasto en programas sociales.

Cuando tomó posesión, la Sra. Rousseff parecía dispuesta a seguir el mismo camino. Pero a raíz de la crisis de la eurozona, a mediados de 2011, puso en marcha un conjunto de políticas que se conocieron como "la nueva matriz económica".

Bajó las tasas de interés a mínimos históricos, intensificó las exenciones fiscales especiales para determinadas industrias, y aumentó los controles sobre la moneda y los precios del combustible y de la energía para ayudar a controlar la inflación.

Aunque su gobierno dice que las medidas fueron impulsadas por un estado de crisis casi permanente en la economía global, los críticos dicen que su intervencionismo fue demasiado lejos, frenando las inversiones y acabando con el crecimiento, que se ha quedado atrás de la mayor parte del resto de América Latina.
Peor aún, la combinación de la caída del crecimiento económico y el aumento de la deuda pública bruta ha puesto en duda la calificación de grado de inversión estimada de Brasil.

Esto es algo que se espera que el Sr. Levy arregle. El Sr, Levy actualmente es jefe de uno de los mayores gestores de fondos del sector privado de Brasil, Bradesco Asset Management, fue secretario del Tesoro Nacional entre 2003 y 2006 y secretario de finanzas del estado de Río de Janeiro entre 2007 y 2010.
Es licenciado en ingeniería marina, y recibió su doctorado en economía de la Universidad de Chicago y ha sido miembro del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo.

Sin embargo, algunos se cuestionan su eficacia ya que estará subordinado a la administración Rousseff. Su período con el ex presidente Lula da Silva coincidió con algunos de los años de oro de la economía de Brasil, cuando el superciclo de los productos básicos estaba en pleno apogeo.

Su jefe inmediato era el ex ministro de finanzas, Antonio Palocci, un político astuto que impuso la austeridad fiscal que le dio al Sr. Lula da Silva credibilidad entre los inversionistas.

Esta vez, su jefa será la presidenta Rousseff, una racionalista reacia que probablemente se mantenga alejada de ajustes macroeconómicos que impliquen el riesgo de un aumento del desempleo a corto plazo. De hecho, el Sr. Levy, durante sus apariciones públicas como jefe de Bradesco, se ha rehusado, por lo general, a criticar la política del gobierno actual.

Aunque algunos analistas descartan esto simplemente como un intento deliberado del Sr. Levy para garantizar su "viabilidad política", Alberto Ramos – un economista de Goldman Sachs que estudió en la Universidad de Chicago con el Sr. Levy – dijo que la hora de la verdad llegaría cuando él intente tomar decisiones difíciles que la Sra. Rousseff no apoye.

Señaló que aunque Ben Bernanke, el ex presidente de la Reserva Federal de EEUU, fuera nombrado ministro de finanzas de Brasil, no habría ninguna diferencia si la Sra. Rousseff no lo apoyara.

"Tener una sólida voz razonable dentro de la administración es algo muy valioso, pero al final las políticas serán decisión de Dilma", dijo el Sr. Ramos.

Financial Times

 

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