OpenAI acordó comprar 10 gigavatios de chips informáticos al gigante estadounidense de semiconductores Broadcom, el último de una serie de acuerdos de la startup de inteligencia artificial valorados en cientos de miles de millones de dólares.
El enorme pedido significa que OpenAI podría gastar entre US$ 350 mil millones y US$ 500 mil millones adicionales, sobre los cerca de US$ 1 billón ya comprometidos en chips y centros de datos en los últimos meses, en su carrera por asegurar la potencia de cómputo necesaria para operar servicios como ChatGPT.
En septiembre, OpenAI acordó comprar chips con un consumo total de 10 GW a Nvidia, y la semana pasada anunció otra compra de 6 GW a su competidor AMD. También cerró un acuerdo de centros de datos con Oracle, que costará US$ 300 mil millones en cinco años.
Estos acuerdos vinculan el destino de algunos de los mayores grupos tecnológicos del mundo al de OpenAI, pese a las dudas sobre cómo la compañía financiará operaciones de tal magnitud, ya que el costo supera ampliamente sus ingresos actuales.
Los compromisos también suponen un ambicioso proyecto de infraestructura, ya que desplegar estos chips exigirá construir nuevos y vastos centros de datos.
“Mayor proyecto industrial conjunto de la historia”
En el marco del último acuerdo, OpenAI ha co-diseñado chips personalizados con Broadcom para ejecutar sus propios modelos de IA, marcando la primera vez que la empresa produce sus propios chips. Las compañías no revelaron los términos financieros.
Cuando los acuerdos estén completos, OpenAI tendrá acceso a más de 26 GW de capacidad de cómputo, equivalente a 26 reactores nucleares.
Las acciones de Broadcom subieron casi 8% poco después de la apertura de Wall Street este lunes.
En un pódcast anunciando el acuerdo, el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, afirmó que su empresa llevaba 18 meses trabajando con Broadcom en el desarrollo de estos chips personalizados, que le proporcionarían una “cantidad gigantesca de infraestructura computacional”. Describió la carrera por construir infraestructura de IA como “el mayor proyecto industrial conjunto en la historia de la humanidad”.
Los chips están diseñados específicamente para “inferencia”, el proceso mediante el cual una IA responde a las solicitudes de los usuarios. Altman señaló que la inferencia será una parte cada vez más importante de las necesidades de la tecnología a medida que la demanda avance más allá del entrenamiento o creación de modelos.
Financial Times ya había revelado en septiembre que OpenAI trabajaba con Broadcom para producir en masa sus propios chips en 2026.
El director ejecutivo de Broadcom, Hock Tan, declaró: “Esto es como el ferrocarril o Internet. (La IA) se está convirtiendo con el tiempo en una utilidad crítica para 8 mil millones de personas en todo el mundo. Pero no puede hacerse por una sola parte: requiere alianzas y colaboración a escala de ecosistema”.
A diferencia de sus acuerdos con Nvidia y AMD, OpenAI no obtuvo incentivos financieros de Broadcom por comprar grandes volúmenes de chips.
Nvidia acordó invertir US$ 100 mil millones en OpenAI, mientras que AMD le otorgó opciones que permitirían comprar hasta 10 % de su capital a un centavo por acción.
El acuerdo con Broadcom podría costar menos de US$ 500 mil millones, a medida que los precios de los chips bajen por la creciente competencia en un mercado hasta ahora dominado por Nvidia.
Cada gigavatio de capacidad de cómputo de IA cuesta actualmente unos US$ 50 mil millones, incluyendo US$ 35 mil millones en chips y US$ 15 mil millones en infraestructura. Los chips de Broadcom serán más baratos que los de Nvidia.
Los acuerdos con Broadcom y AMD buscan reducir la dependencia de Nvidia, controlar los costos y bajar los precios de los chips con el tiempo, según fuentes cercanas.
Altman ha reconocido durante meses que la escasez de procesadores ha ralentizado el lanzamiento de nuevas versiones de ChatGPT.