El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, pidió hoy que el Banco Central Europeo (BCE), el mayor tenedor de bonos griegos, participe también de la rebaja de la deuda, hasta ahora circunscrita a grandes acreedores privados.
Por el momento, Grecia y el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa los intereses de los grandes bancos y fondos de inversión privados con títulos griegos, acordaron una reducción de cerca de la mitad, unos US$ 131.158 millones, de la deuda griega en manos privadas.
Aún así, las pérdidas que deberán asumir los acreedores se calculan en 70%, ya que se tiene en cuenta el dinero que dejarán de ganar los tenedores al bajar el interés de los bonos depreciados por los que se canjearán los actuales.
El objetivo de esta rebaja es que la deuda griega, actualmente mayor del 160% del PIB heleno, se reduzca hasta el 120% para 2020, un nivel considerado asumible para un Estado y que evitaría la bancarrota del país mediterráneo.
Venizelos dijo hoy que, para que esto sea posible, se requiere "no sólo que la PSI (Participación del Sector Privado) sea un éxito", sino también que el sector público participe en la quita.
"Esto significa que debemos movilizar al Banco Central Europeo", afirmó durante un discurso ante el grupo parlamentario socialista en el hemiciclo griego.
Según informó hoy a Efe una fuente gubernamental, el Ejecutivo de Atenas pretende hacer público el acuerdo sobre la quita el próximo lunes en Bruselas, durante la reunión del llamado "Eurogrupo".
La rebaja es esencial para que la UE y el FMI concedan un nuevo préstamo de US$ 170.505 millones a Grecia.
El "grueso del acuerdo" sobre este préstamo "ha concluido" y sólo resta cerrar algunos flecos, informó hoy el ministro portavoz del Gobierno, Pantelis Kapsis.