El transporte ferroviario francés se vio interrumpido ayer luego de que cuatro sindicatos del sector convocaran a una huelga para protestar contra la planeada reorganización del servicio.
La paralización se suma a una que afectó a comienzos de semana el transporte aéreo, tras medidas similares de los controladores aéreos, y que provocó la suspensión de unos 1.800 vuelos en los diez principales aeropuertos del país.
Ayer sólo funcionaban cuatro de las diez líneas regionales y de alta velocidad, informó la empresa ferroviaria gala SNCF. Los trenes Intercite, que brindan un servicio de larga distancia que no es de alta velocidad, estaban en un tercio de su nivel normal, agregó.
Los trenes Eurostar, Thalys y aquellos con destino en Alemania no se vieron afectados, indicó la SNCF.
Aunque el servicio del metro en París fue normal, la huelga sí afectó a dos de las tres líneas que funcionan en los suburbios de la capital.
La participación fue “muy fuerte, y uno de cada dos empleados participó en la huelga”, señaló Gilbert Garrel, representante del sindicato CGT, a medios locales.
La SNCF informó que un 70% de los revisores de pasajes, conductores, inspectores y conductores de trenes participó en la huelga.