Beijing se encuentra atrapado por sentimientos encontrados respecto del uso de la pena de muerte. Ha estado bajo presión hace tiempo de grupos de derechos humanos en todo el mundo para reducir el número de ejecuciones. Pero ahora que los tribunales están imponiendo más sentencias de muerte suspendidas y otras penas menores, el público termina frustrado cuando funcionarios corruptos o asesinos notorios son tratados con más indulgencia. Tanto así, que hubo llamados a la pena capital en casos recientes de alto perfil. Los observadores lo atribuyen a la molestia pública con lo que perciben como injusticia en las cortes y la creciente brecha en la riqueza. Es oportuno entonces que la Corte Suprema del Pueblo haya reafirmado la nueva política de sentencias instruyendo a los jueces a limitar el uso de la pena de muerte y cambiar todo castigo capital que no amerite una ejecución inmediata a sentencias de muerte suspendidas.
China sigue ejecutando a más personas que cualquier otro país. Es improbable que eso cambie mientras la pena de muerte sea el castigo para más de 50 delitos, más de la mitad de ellos no violentos, incluyendo formas de fraude comercial que han florecido en una economía de mercado bajo el socialismo con características chinas, aún si rara vez es invocada en estos casos.
Pero el último evento, que disminuye la discrecionalidad de la que disfrutan tribunales menores, apunta a un uso más reducido del castigo capital. Sigue a la instrucción hace cuatro años de que la Corte Suprema del Pueblo debe revisar todas las sentencias de muerte. Beijing dijo el año pasado que esto había llevado a una caída de 15% en las ejecuciones. Los comentarios en Xinhua destacaban que los límites en el uso de la pena de muerte son una tendencia internacional y que más de 90 países la han abandonado. Ese momento aún está lejos en el continente, aunque el gobierno central dice que a la larga abolirá la sentencia de muerte. Mientras, es importante que las autoridades avancen con la reforma del sistema legal y que las cortes se hagan más abiertas, independientes y transparentes.