Por Leonardo Ruiz Pereira
La crisis de deuda en Europa ha entrado en un período de calma gracias, en gran medida, al intenso trabajo que ha realizado el Banco Central Europeo, pero más que una señal de recuperación, por ahora se trataría de una mejora aparente, como un enfermo que se mantiene estable pero sólo gracias al equipo de “soporte vital”. “Es como un paciente de un hospital. No se mueve, pero la única razón por la que no muere es que la máquina sigue funcionando”, dijo a DF el economista jefe para Europa de Societe Generale, James Nixon, para quien los bancos y estados han llegado a depender totalmente del emisor europeo.
La aparente calma no durará para siempre y la fortaleza de la recuperación volverá a ser puesta a prueba en las próximas semanas, a medida que las economías de la región enfrenten hitos y fechas clave, como el progreso que consiga la Unión Europea en su consolidación fiscal o los pagos de deuda pendiente de varias naciones.
“Italia enfrenta vencimientos en febrero, marzo y abril. Si no logra conseguir el dinero del mercado y se ve obligada a pedir ayuda, ya sea de la Unión Europea, del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, del Banco Central Europeo (BCE) o de quien sea, eso realmente marcaría un nuevo capítulo en la crisis europea”, comentó el economista senior de Berenberg Bank, Christian Schulz.
“Lo que observaremos hasta entonces es cualquier riesgo que pueda representar problemas mayores para Italia. Uno de estos riesgos es Grecia. La situación ahí es que tienen que pagar un gran préstamo el 20 de marzo de 14.500 millones de euros y y necesitan dinero de ayuda internacional hasta entonces”, acotó.
Por este motivo es que Nixon ve que el mayor problema en Europa es Grecia y posiciona a Italia como un segundo “obstáculo”. “El nuevo paquete de 130.000 millones de euros será insuficiente”, dijo.
Justamente Grecia es una fuente de incertidumbres, porque para tener aprobado el segundo programa de ayuda, que involucra al sector privado con una reducción de 50% de su carga de deuda, tiene ser aprobado previamente por parlamentos europeos, incluido el Bundestag alemán. Para eso es necesario que los griegos finalicen las negociaciones con el sector privado, que lidera el Instituto Internacional de Finanzas y que cumplan con todas las condiciones impuestas.
Pero antes de que todo esto ocurra, la misión especial de la Unión Europea, el BCE y el FMI -la denominada Troika-, tiene que llegar a la conclusión de que Grecia es sostenible cuando visite el país esta semana.
Otro riesgo en esta etapa es Hungría, ya que si el país cae en bancarrota, “habrá una crisis de confianza que nuevamente afectaría a Italia”, advirtió Schulz. El economista fue énfatico en señalar que Italia sigue siendo lo más importante, “Grecia es pequeña, Hungría también es pequeña y las rebajas de calificaciones soberanas no importan”, aseguró.
“Cumbres borrascosas”
El 23 y el 30 de enero serán las reuniones de los líderes europeos en Bruselas. Y para el economista jefe para la eurozona de UniCredit Global Research en Italia, Marco Valli, “el enfoque estará en el compacto fiscal”.
En la cumbre se discutirá “qué gobernancia quieren tener en el futuro y cómo quieren obtener una integración fiscal más elevada”, dijo Valli, para quien más importante podría ser el dato publicado entre ambas fechas, el 24 de enero: los datos preliminares de los Índices de Gerentes de Compra, que en las últimas dos lecturas mostró señales tentativas de mejoramiento.
“Esto es importante porque de haber un tercer incremento consecutivo sugeriría fuertemente que la economía tocó fondo y que el impulso se retomaría, mejorando en el curso de 2012”, dijo Valli. En contraste, explicó, “de haber una caída en comparación a los avances modestos de meses anteriores probablemente a los mercados no les guste. Es uno de los datos más importantes para la eurozona”.
Valli añadió que a mediados de febrero también estarán las estimaciones preliminares para el Producto Interno Bruto del cuarto trimestre. “En la eurozona nuestro pronóstico es que veremos una contracción, de 0,2% trimestral, con riesgos a la baja”.
Los datos coincidirán con la segunda operación de financiamiento a tres años a largo plazo del Banco Central Europeo. “Será importante, sobre todo si vemos una recepción como la que vimos la primera ocasión (...) si esto no pasa, entonces el BCE tendrá que hacer más inyección, pero vemos las condiciones para salir potencialmente de este desastre”, dijo.
“No habrá un evento que dicte el final de la crisis sino que será una transición hacia tiempos mas estables”, acotó.