Las nuevas medidas de seguridad en las minas chinas que
entraron en vigor hoy obligarán a los capataces a bajar al interior de los
pozos, en un intento por que las empresas presten atención a la alta
siniestralidad del sector, donde mueren cada año unos 3.000 trabajadores.
El edicto obliga a los responsables mineros a bajar al
interior del pozo entre ocho y 15 veces al mes, ocho horas en cada ocasión, en
el caso de minas de pequeño y mediano tamaño, con lo que el Consejo de Estado,
de quien parte la orden, intenta garantizar que los jefes mineros pongan en
marcha medidas de seguridad que a veces olvidan por completo.
En los últimos meses, ya se puso en práctica cesta medida con carácter de voluntaria, sin imponer castigos, provocando curiosos
efectos, como el de capataces que sufrían ataques de pánico en sus propias
minas, en las que nunca habían entrado.
También, según denunció la prensa china, hay casos de
capataces que pagaban a otros trabajadores para suplantarles y hacerse pasar
por superiores al entrar en la mina.
Ante estas irregularidades, el Ejecutivo
chino endureció la medida y amenazó con multas de hasta US$ 736.000 e incapacitación de por vida si los jefes no cumplían el
reglamento que entra en vigor oficialmente hoy.
Las nuevas medidas también incluyen incrementar el dinero
que reciban las familias de las víctimas de accidentes mineros, a las que se
dará a partir de ahora una compensación equivalente a 20 años de salario anual
de los mineros.
Alrededor de 3.000 trabajadores perecen cada año en las
minas chinas, especialmente en las de carbón, la principal fuente de energía del país asiático, que sigue sin encontrar una alternativa viable a esta
materia prima barata, pero altamente contaminante y de peligrosa extracción.
Otro importante factor es la falta de medidas de seguridad
de los pozos, ya que muchos de ellos operan de forma ilegal y sin las garantías
necesarias para los trabajadores, con el fin de abaratar costes.