La política alemana recordó que el 34% de la factura eléctrica de las empresas son impuestos y que esa cifra se eleva hasta el 42% en el caso de los hogares. Se trata de una cifra que es 15 veces superior a la que soporta la gasolina, algo que a juicio de Von der Leyen impide la electrificación de la industria y complica el liderazgo verde europeo.
"Nuestras industrias y hogares no pueden esperar más. Necesitan energía asequible en este difícil contexto geoeconómico y la necesitan ya", apuntó la presidenta del Ejecutivo comunitario.
La Comisión Europea considera que las empresas y las familias no pueden recuperar la competitividad perdida frente a gigantes como Estados Unidos y China sin una factura energética razonable. Según datos de la Agencia Internacional de Energía, la UE paga dos veces más por su electricidad que Estados Unidos y un 50% más que China, unos costes más elevados que justifican, parcialmente, por la diferencia impositiva que ahora propone abordar Von der Leyen.
Para la presidenta de la institución europea, esta medida resulta clave, junto con las mejoras de robustez de la red, para seguir desarrollando energías renovables y lograr una autonomía frente a terceros países. En ese sentido, y aunque admitió que el uso de combustibles fósiles seguirá presente en el mix energético europeo durante cierto tiempo, recordó que los países con mayores reservas de petróleo como los países de Oriente Medio.
"Europa debe controlar las tecnologías limpias estratégicas y la fabricación, porque la tecnología limpia no es solo una herramienta para reducir las emisiones. Es clave para nuestra competitividad y para la independencia de la Unión Europea", indicó Von der Leyen.
China
La máxima responsable del Ejecutivo comunitario también planteó a los europarlamentarios como China, aprovechando su enorme capacidad para subsidiar actividades económicas, ha tomado la delantera en la economía verde que hasta la fecha dominaba la Unión Europea. Pese a que el bloque comunitario mantiene los ideales y el compromiso, las dificultades de su industria para competir han provocado que se abra una brecha con otros agentes.
Ante la enorme dependencia europea de terceros en lo que respecta a los combustibles fósiles y otros recursos, Von der Leyen considera que Europa debe garantizarse el liderazgo en energía verde si quiere mantener su autonomía.
"La pregunta para nosotros es si queremos cosechar los beneficios del auge mundial de la tecnología limpia o simplemente dejar que otros se beneficien de ello", aseveró.
Para ello, además de la rebaja de la electricidad, Von der Leyen propone incluir una etiqueta de hecho en Europa que sume puntos en los procesos de licitación y concesión pública. Esos recursos, que en muchos casos ahora están yendo a parar a empresas de terceros países, suma hasta un 14% del PIB del bloque comunitario por lo que supone "un poder financiero masivo controlado por los gobiernos europeos" que se puede utilizar para impulsar la innovación comunitaria.
"No podemos permitirnos caer en nuevas y peligrosas dependencias. En los últimos años, todos hemos presenciado lo que sucede cuando un solo país obtiene el control del suministro de un producto o tecnología crucial", aseguró Von der Leyen, que apuntó que "en cualquier momento, esas dependencias pueden convertirse en instrumentos de presión".