Polonia y EE.UU. no logran acuerdo sobre instalación del escudo antimisiles
Las exigencias de Varsovia resultan ser demasiado altas para EE.UU., que no está dispuesto a sufragar la modernización de las fuerzas armadas polacas a cambio de desplegar su sistema de defensa.
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El primer ministro polaco, Donald Tusk,
anunció hoy que Polonia no aceptará albergar elementos del escudo
antimisiles de EE.UU. mientras no se le compense adecuadamente, lo que
convierte a Lituania en alternativa para este plan.
"La oferta de Estados Unidos ha sido hasta ahora insuficiente,
porque no garantiza nuestra seguridad si nos convertimos en sede de
su sistema balístico", explicó Tusk en rueda de prensa, en la que
lamentó la falta de acuerdo, tras un año de negociaciones, aunque se
mostró abierto a recibir nuevas propuestas.
"Queremos seguir conversando con EE.UU. y esperamos una respuesta a
estas exigencias sobre seguridad", añadió el dirigente polaco, que
considera que las negociaciones con Washington aún no han llegado a
su fin.
Tras las declaraciones de Tusk, todo apunta a que cada vez es
menos probable que Polonia sea la sede del escudo antimisiles
norteamericano, después de unas negociaciones en las que Washington
no ha conseguido satisfacer las demandas de seguridad de Varsovia,
que se traducen en importantes compensaciones militares a cambio de
su aceptación.
"Nuestro objetivo en la negociación siempre ha sido la seguridad
de nuestro país. Ésta es la prioridad ya que convertirnos en sede
del sistema balístico entraña también un peligro, por eso es
necesario aumentar nuestra seguridad", dijo Tusk.
Durante toda la mañana, el jefe del ejecutivo polaco y sus
principales ministros permanecieron reunidos y en contacto con el
presidente del país, Lech Kaczynski, para analizar la situación y
valorar la última oferta.
Anoche, Tusk mantuvo una conversación de cuarenta minutos con el
vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, quien intentó convencer
al mandatario polaco de la conveniencia de que Polonia se convierta
en una de las sedes de este escudo antimisiles, una idea que sin
embargo rechazan la inmensa mayoría de los ciudadanos polacos.
Las exigencias de Varsovia resultan ser demasiado altas para
EE.UU., que no están dispuestos a sufragar la modernización de las
fuerzas armadas polacas a cambio de desplegar su sistema de defensa,
tal y como exige Polonia, que especialmente demanda nuevos aviones y
baterías de misiles tipo "Patriot".
Los planes de EEUU pasan por instalar diez bases balísticas de
interceptación en Polonia y un sistema de radar en la República
Checa, con el objetivo de evitar posibles ataques que puedan partir
de alguno de los países del llamado "Eje del mal", una de las
prioridades de la Administración Bush antes del inminente final de
su segundo mandato.
Praga ya ha dado su visto bueno y, tras la falta de acuerdo entre
polacos y norteamericanos, Lituania cobra cada vez más fuerza como
alternativa para este proyecto, que cuenta con la férrea oposición
de Rusia, que lo considera como una vuelta a los tiempos de la
guerra fría.