Internacional
Reserva Federal difícilmente podrá dar nueva fuerza al crecimiento
Kenneth Rogoff pronosticó, durante un foro celebrado en Chile, que no sólo habría un QE3 sino que también un QE4.
Por: | Publicado: Martes 9 de agosto de 2011 a las 05:00 hrs.
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En momentos en que crece el temor a una nueva recesión global, los ojos del mundo estarán puestos en la Reserva Federal, el influyente banco central de EEUU, que concluye hoy su reunión de política monetaria. Los observadores estarán atentos a cualquier señal sobre posibles medidas adicionales de estímulo para ayudar a la mayor economía del planeta a salir del estancamiento en que ha caído en los últimos meses.
Pero la decisión del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por su sigla en inglés) no será fácil, porque el último golpe que sufrió la economía fue precisamente la rebaja de S&P’s de la calificación de la deuda estadounidense debido al creciente déficit fiscal. Lo que resuelva la Fed, además, puede tener graves repercusiones para el resto del mundo, en especial para las economías emergentes, cuyas monedas se han disparado debido a la ola de dólares con que la Fed ha inundado los mercados globales.
Entre diciembre de 2008 y marzo de 2010 la Fed implementó un plan de compra de bonos para reactivar el crédito y financiar el gasto público, una estrategia que se conoce como alivio cuatitativo (QE, por sus siglas en inglés). Este primer programa alcanzó un monto de US$ 1,74 billón (millón de millones) pero fue seguido por un QE2, por otros US$ 600 mil millones, que terminó el 30 de junio.
Durante su último testimonio ante el congreso, a comienzos de julio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo que ante las crecientes señales de desaceleración el banco central podría emprender un tercer plan de estímulo. Desde entonces, las cosas han empeorado.
Hace dos semanas el Departamento de Comercio corrigió los datos del PIB del primer trimestre, desde el 1,9% que se estimaba antes, a tan sólo 0,4%, y anunció que la economía sólo se expandió 1,3% en el segundo trimestre, menos de lo que se proyectaba. La recesión, dijeron además las autoridades, fue más larga y profunda de lo que se creía, y la recuperación más débil.
Luego de eso, bancos como Barclays y JPMorgan Chase han estado recortando su proyección para el crecimiento de EEUU este año y el próximo. El golpe de gracia lo dio S&P el viernes, al reducir por primera vez en la historia la nota AAA que tenía la deuda estadounidense.
Nuevo alivio cuantitativo
Ante este escenario, el profesor de economía de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Kenneth Rogoff, pronosticó durante un foro celebrado en Chile que no sólo habría un QE3 sino que también un QE4.
Pero no existe un consenso entre los expertos. “No sólo no creo que un nuevo plan de alivio cuantitativo no hará nada por ayudar a la economía sino que creo que la ha perjudicado, elevando la inflación”, comentó Conrad F. Dequadros, analista de RDQ Economics.
Por ahora, las vías más probables para que la Fed apoye un repunte de la confianza tiene que ver con su discurso. La entidad ha insistido en que mantendrá las tasas en su mínimo histórico por “un período extenso” y que podría cambiar esa frase por “un período muy extenso”.
Otra alternativa es cambiar la maduración de la deuda en su cartera, donde hoy tienen mayoritariamente deuda de corto plazo que podría vender y comprar deuda de largo plazo para aplanar la curva de rendimiento. En cualquier caso, los observadores advierten que la Fed se está quedando sin herramientas para actuar.
Pero la decisión del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por su sigla en inglés) no será fácil, porque el último golpe que sufrió la economía fue precisamente la rebaja de S&P’s de la calificación de la deuda estadounidense debido al creciente déficit fiscal. Lo que resuelva la Fed, además, puede tener graves repercusiones para el resto del mundo, en especial para las economías emergentes, cuyas monedas se han disparado debido a la ola de dólares con que la Fed ha inundado los mercados globales.
Entre diciembre de 2008 y marzo de 2010 la Fed implementó un plan de compra de bonos para reactivar el crédito y financiar el gasto público, una estrategia que se conoce como alivio cuatitativo (QE, por sus siglas en inglés). Este primer programa alcanzó un monto de US$ 1,74 billón (millón de millones) pero fue seguido por un QE2, por otros US$ 600 mil millones, que terminó el 30 de junio.
Durante su último testimonio ante el congreso, a comienzos de julio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo que ante las crecientes señales de desaceleración el banco central podría emprender un tercer plan de estímulo. Desde entonces, las cosas han empeorado.
Hace dos semanas el Departamento de Comercio corrigió los datos del PIB del primer trimestre, desde el 1,9% que se estimaba antes, a tan sólo 0,4%, y anunció que la economía sólo se expandió 1,3% en el segundo trimestre, menos de lo que se proyectaba. La recesión, dijeron además las autoridades, fue más larga y profunda de lo que se creía, y la recuperación más débil.
Luego de eso, bancos como Barclays y JPMorgan Chase han estado recortando su proyección para el crecimiento de EEUU este año y el próximo. El golpe de gracia lo dio S&P el viernes, al reducir por primera vez en la historia la nota AAA que tenía la deuda estadounidense.
Nuevo alivio cuantitativo
Ante este escenario, el profesor de economía de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Kenneth Rogoff, pronosticó durante un foro celebrado en Chile que no sólo habría un QE3 sino que también un QE4.
Pero no existe un consenso entre los expertos. “No sólo no creo que un nuevo plan de alivio cuantitativo no hará nada por ayudar a la economía sino que creo que la ha perjudicado, elevando la inflación”, comentó Conrad F. Dequadros, analista de RDQ Economics.
Por ahora, las vías más probables para que la Fed apoye un repunte de la confianza tiene que ver con su discurso. La entidad ha insistido en que mantendrá las tasas en su mínimo histórico por “un período extenso” y que podría cambiar esa frase por “un período muy extenso”.
Otra alternativa es cambiar la maduración de la deuda en su cartera, donde hoy tienen mayoritariamente deuda de corto plazo que podría vender y comprar deuda de largo plazo para aplanar la curva de rendimiento. En cualquier caso, los observadores advierten que la Fed se está quedando sin herramientas para actuar.