Tras dos aplazamientos, los líderes políticos griegos finalmente se reunieron ayer para discutir el acuerdo de reformas que permitirá al país recibir un nuevo rescate internacional y evitar un default.
Sin embargo, cómo ha sido la tónica, las negociaciones dan dos pasos para adelante y uno para atrás. El encuentro entre el gobierno y los dirigentes políticos se prolongó durante siete horas y media y concluyó avanzada la noche sin que hubiera un acuerdo definitivo.
Aunque se avanzó en varios puntos, hubo un obstáculo que no se pudo superar: el recorte de las pensiones. El líder conservador Antonis Samaras y el populista Giorgos Karatzaferis, concentraron el debate en este punto, que consumió la mayor parte del tiempo destinado al encuentro.
Samaras ya había expresado en el pasado su rechazo a aplicar nuevos recortes a las pensiones, señalando que los trabajadores griegos ya había sufrido un recorte en sus beneficios y mayores ajustas sólo contribuirían a profundizar la recesión en Grecia.
Cuestionamiento internacional
El resultado del encuentro de seguro va a reanudar las críticas contra las autoridades griegas, que no logran ponerse de acuerdo sobre las reformas exigidas por el grupo de financistas internacionales (conformado por la Unión Europa, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional).
Esta denominada troika, impuso un duro plan de austeridad como condición para un segundo rescate por 130 mil millones de euros (US$ 171 mil millones), pero demanda que sea ratificado por los principales miembros de la coalición, para asegurarse que no será desconocido cuando se acerquen las elecciones de abril, ya que es fuertemente impopular entre los votantes.
La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió a comienzos de semana a Atenas que se le está acabando el plazo para alcanzar un acuerdo. Grecia necesita destrabar los fondos frescos antes del 13 de febrero, para poder hacer frente a vencimientos de deuda por 14.500 millones de euros el 20 de marzo.
Pese a que quedan puntos pendientes, ayer hubo algunos importantes avances en las discusiones y surgieron algunas señales de optimismo.
Según el borrador del acuerdo, Grecia estaría dispuesta a aplicar recortes de gastos permanentes, incluyendo una reducción del salario mínimo de 20%. A eso se suma un compromiso para despedir a 15 mil trabajadores del sector público este año. El programa contempla además ahorro fiscal por un total de 13.000 millones de euros hasta 2015.
“Para restaurar la competitividad y el crecimiento, tenemos que acelerar la implementación de profundas reformas estructurales en los mercados de servicios, productos y trabajo”, señalaron las autoridades griegas en una carta dirigida a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, a la que tuvo acceso la agencia Bloomberg.
La carta, adjunta al borrador del acuerdo, debía ser firmada por el premier griego, Lucas Papademos y el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, así como el gobernador del Banco de Grecia, George Provopoulos.
Y más allá de los detalles de la reunión, la confianza de un pronto acuerdo regresó luego de que el Eurogrupo fijara una fecha definitiva para su postergado encuentro.
Señales positivas
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, convocó a una reunión de emergencia para hoy de los ministros de Finanzas de la eurozona en Bruselas para tratar el rescate heleno, haciendo presagiar buenos resultados en la negociación. Las autoridades se reunirán también con Christine Lagarde.
El encuentro entre los representantes de los 17 países miembros de la eurozona se concretará después de la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo, en Frankfurt.
“Estamos esperando un exitoso resultado de esa reunión”, dijo a la prensa Amadeu Altajaf, vocero de asuntos económicos de la Comisión Europea, agregando que ahora “la pelota está en la cancha de las autoridades griegas”.
En tanto, el gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, está preparando planes para una votación parlamentaria sobre el rescate a Grecia que se haría la próxima semana.
Canje de deuda
En paralelo, las autoridades griegas siguen negociando un canje de bonos con sus acreedores privados que incluye un recorte cercano a 70%. En este frente, en cambio, hubo nuevas señales de dudas. La agencia Standard & Poor’s volvió a sembrar la incertidumbre al advertir ayer que el castigo para los acreedores privados tendrá que ser aún mayor para que la deuda vuelva a niveles sustentables y se evite el default a largo plazo.
Si Grecia hubiera negociado recortes de 50% a 70% con sus acreedores privadios cuando podía hacerlo, hace dos años, hubiera podido poner su deuda pública en camino “a nieveles mucho más sustentables”, dijo el analista de S&P, Frank Gill en una conferencia on line con sus clientes. “Pero como sólo un subcomponente pequeño de inversionistas en la práctica está asumiendo el recorte, y el sector oficial no lo está haciendo, o sólo parcialmente, entonces el recorte... probablemente no será suficiente”.
Las conclusiones de la agencia calificadora se conocieron precisamente en momentos en que aumentan las señales de que el Banco Central Europeo también estaría dispuesto a participar en el canje. Pese a las señales en este sentido, la entidad sugirió ayer que es sólo una posibilidad que aún está evaluando. El BCE tiene bonos griegos por 55 mil millones deuros.