El sábado de la semana pasada, Enrique Barros Bourie (79), el prestigioso abogado, expresidente del Colegio de Abogados y expresidente del CEP, disparó. Lo hizo a través de una “mini carta” en El Mercurio titulada Descuelgues. En 11 líneas, el árbitro y profesor de Derecho Civil de la Universidad de Chile aseguró que “es sintomática la soledad de José Antonio Kast (...) Los ‘descuelgues’ a goteo son sintomáticos de ese yermo despoblado en que habita”.
En privado recibió comentarios a favor y en contra de su misiva. Y públicamente, dos días después, el exsubsecretario de Sebastián Piñera, Ricardo Irarrázaval, uno de los “descolgados”, le respondió: “Creo que lo que Chile necesita, luego de la experiencia de este gobierno, es construir y proponer y no descalificar en forma tan gratuita”.
En lo público la discusión quedó ahí, pero en privado el jurista le envió una carta a Irarrázaval. “Yo no lo estaba atacando a él. Lo que le expliqué es que son gotas, son muy valiosos, pero son gotas. ¿Qué más hay debajo para la tremenda pega que hay que hacer en Chile? ¿Quién está congregando? La tarea es enorme y el plazo que hay entre la elección y la asunción al poder y formar gabinete y equipos de trabajo y todo lo demás es muy corto”, comenta ahora en su oficina en Isidora Goyenechea frente al restaurante Tiramisú.
Barros ya no litiga. Está dedicado a los arbitrajes, a elaborar informes en derecho y a terminar un libro sobre contratos, que empezó hace cinco años y que supera las mil páginas. Asegura que su motivación para dar esta entrevista es que está preocupado de dónde estamos parados.
- ¿Dónde estamos parados?
- Yo tengo la impresión de que la sociedad chilena está muy fraccionada y está muy privatizada.
- ¿En qué sentido privatizada?
- En que los intereses públicos no están en la mente de la gente. La gente considera que el país es una porquería, y sin embargo, que sus vidas personales son razonablemente buenas. Así lo mostró la última encuesta del CEP. La privatización también hace que el país esté fraccionado. Entonces resulta que las decisiones políticas de la sociedad democrática chilena se están tomando de una manera muy intuitiva. Los factores que influyen en la decisión de la gente no son conceptos de políticas públicas, son más bien impresiones generales que la gente tiene acerca de los candidatos.
- La emoción.
- La emoción tiene un signo como de un acercamiento espiritual intenso, no es simplemente inclinación. Es muy probable, y es una hipótesis que se sostuvo en un debate político en el CEP hace algunos días, que la gente vote más en contra que a favor, más bien por descarte que por adhesión positiva. Hoy se está produciendo el fenómeno de que no se pueden cometer errores. Y el que comete errores, es al que castigamos. Y para no cometer errores no hay que decir nada. Entonces, bueno, estamos en una situación en que las encuestas están dando mayoría a José Antonio Kast y a Jeannette Jara.
Y lo otro que ocurre, y tiene que ver con la razón de mi carta, es que es macanudo que vaya gente buena a apoyar una candidatura que tiene muy poco apoyo técnico y muy poco apoyo intelectual, como la de Kast. Porque en el fondo él tiene ideas muy simples.
- La frase textual de su carta es “carece de la densidad exigible a un candidato que afirma la necesidad de cambios de envergadura en el Estado chileno”. ¿Esa densidad que usted dice de Kast es política, es intelectual?
- Densidad política, básicamente. Yo intelectualmente no lo conozco, pero nunca me ha sorprendido. Ahora, no es necesario que un candidato de derecha sea un gran intelectual.
- ¿A Evelyn Matthei la considera intelectual?
- A la Evelyn yo la conocí muy temprano. Ella fue la mejor alumna de su generación en Economía. Ha pasado por todas. Ahora, tiene un carácter más inestable. Entonces ese mismo carácter inestable en esta situación de que la gente castiga cualquier error, la hace mucho peor candidata que a Kast que no se mueve de la línea fija. Cualquiera sea el resultado de la elección presidencial, que yo creo que va a ganar la derecha de todas maneras, son tantas las pegas que hay en este país que hay que congregar la mejor gente.
- ¿Y eso usted cree que no lo tiene Kast?
- Yo creo que en este instante no lo tiene Kast. Es un goteo, porque uno diría ¿hay un equipo detrás de Kast que pueda decir uno que está pensando en política, en educación, cómo se va a hacer la reforma de Carabineros, la reforma de las cárceles? Mi impresión es que el Partido Republicano es un partido que tiene un liderazgo muy fuerte y tiene contenidos muy pobres hacia abajo. Lo mostraron en la Convención Constitucional. ¡Si la farra que se pegaron fue atroz!
- ¿Cree que Kast no ha dado señal de ampliar sus equipos?
- Es que yo no lo he visto todavía en ese afán de ampliarse. Al presidente del partido le escuché en una entrevista hace algún tiempo que sí lo hacía, pero yo tengo la impresión de que en Chile lo que necesitamos es una mayoría bien pensante, políticamente estructurada. Estamos con un déficit atroz, tú ves lo que es la Cámara de Diputados. Yo creo que una gran pérdida de esto fue que no haya habido listas conjuntas para el Parlamento, que era una mayoría segura. Si no logran la mayoría, es un costo político de la estupidez.
- ¿Usted votó por Kast la elección pasada?
- Voté por Kast.
- Si pasa a segunda vuelta, ¿va a votar por él?
- Es que frente a una comunista, voto por Kast. No me cabe ninguna duda.
- ¿Usted considera que los republicanos son de extrema derecha?
- Está abierto. Esperemos. En la Convención se mostraron de extrema derecha. Y se mostraron otra cosa: de que la inexperiencia se paga muy cara. La densidad que yo hablo en esa carta, en esa mini carta, tiene que ver precisamente con los talentos. ¿Dónde están los talentos? Mira los candidatos republicanos, mira lo que fueron los convencionales republicanos: una manada de ovejas. Y después, que es muy difícil salir de la academia Opus a la política. Lo que le pasó a (Luis) Silva. Él es muy sincero, pero vive en otro mundo. Si el problema es acercarse a este mundo. Después, todo este tema del servicio público. Pero por favor, si aquí se requiere una reforma del Estado. Imagínate tú que en 10 años desde Bachelet para adelante creció 50% el empleo público y son puros apitutados que después se transforman en planta. ¿Entonces, cómo no vas a tener déficit fiscal?
- En esa misma discusión Quiroz plantea un recorte de US$ 6 mil millones en 18 meses. ¿Cree que eso es posible, o que hay voluntarismo como se le ha acusado?
- Yo no soy economista, pero hay que tener una hoja de ruta. No hay que poner el punto final, sino decir “qué voy a hacer aquí, qué voy a hacer acá, qué ministerio voy a fusionar, qué servicios públicos”.
- ¿Cuál es su opinión de Jorge Quiroz como posible ministro de Hacienda? ¿Lo conoce personalmente?
- Me han tocado informes de él, conocerlo como árbitro. No tengo buena opinión de él.
- ¿Por qué?
- No tengo una buena opinión profesional de él. Pienso que una persona de las característica de Quiroz no está habilitada para ser ministro de Hacienda.
- ¿Quién le gustaría?
- No lo puedo decir, pero es alguien muy superior.
“No tengo una buena opinión profesional de él (jorge quiroz). Pienso que una persona de las características de Quiroz no está habilitada para ser ministro de Hacienda”.
“¡Este es un país de estúpidos!”
- Nunca ha participado de asesor en alguna campaña, ¿lo han llamado?
- Lo más cercano fue la campaña Alessandri, el ‘70, que perdió. Conversas informales después sí. Pero yo nunca he jugado el juego en política. Te voy a contar una anécdota: cuando yo estaba haciendo el doctorado en Munchen en los ‘70, don Patricio Aylwin y su señora estuvieron alojando en mi departamento. Un día conversando con él le dije: “Oiga don Patricio, todavía sigue teniendo el mejor libro de juicios -hasta hoy, el mejor libro de juicio arbitral es la memoria de prueba de Patricio Aylwin-, ¿por qué no ha querido ser profesor?” “Mire”, me dijo, “Enrique, usted tiene que tener claro que si alguna vez ve el vaso de la política, de eso no se sale nunca más”. Le seguí el consejo. Desde afuera, desde el CEP, todo lo que quiera.
Barros fue partidario del “No”. Votó Aylwin, Frei, Lagos. Y desde entonces ha estado más cercano a la centroderecha. Abogado histórico de Eliodoro Matte, es desde 1992 árbitro del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago (CAM) y desde 2016 socio fundador de Enrique Barros & Cía.
Busca en su memoria un concepto griego para abordar el tema de la gobernabilidad: “Siempre he tenido una distinción que es la diferencia entre potestad y autoridad. La potestad es quien ejerce el poder, es tener poder y ejercer el poder. La autoridad es tener capacidad de convicción. La autoridad es respetada. Quien tiene autoridad es respetado, quien tiene potestad es temido”.
- ¿Qué debe tener un Presidente?
- El Presidente tiene que tener las dos. Pero debe tener autoridad. Y la autoridad es la que permite que la gente lo siga y que pueda congregar a mentes notables para hacer la reforma que se necesita: al régimen carcelario; al régimen educacional, que es una vergüenza lo que está pasando en Chile. ¿Cómo puede haber una política que se diga social, que tiene abandonado el 20% de los niños? ¡Este es un país de estúpidos! Más de la mitad de los niños que debieran estar en edad de leer y sumar no saben leer ni sumar. La razón por la cual yo dije estas “gotas en el desierto” es porque uno no ve que exista un propósito público con toda la complejidad que tiene para adelante.
- ¿Quién cree usted que se beneficia de esta pelea entre las derechas? ¿Jara?
- No, yo no creo que la pelea de las derechas desvíe votos a Jara.
- ¿Y cómo se componen las relaciones después de tanto enfrentamiento cruzado?
- Yo tengo la esperanza de que el próximo Presidente sea capaz de crear una amistad política. Y si no la crea, está condenada al fracaso.
- ¿Ve a Jeannette Jara como una candidata competitiva, en el sentido de que pueda dar una sorpresa en la elección?
- No. El país está totalmente despolitizado y además hay un fenómeno muy curioso, que es que toda esa épica de izquierda, que es la generación de Boric que a mí me tocó ver en la universidad -he hecho clases en la Chile toda mi vida-, desapareció como forma de vida. Las nuevas generaciones son mucho menos colectivistas, no los veo en proyectos de cambiar el país y cosas por el estilo. Y son mucho menos ilusas. Porque uno de los problemas que tiene estructuralmente el Frente Amplio, es que confunde buenas intenciones con acciones. Y ahí es donde está su tremendo fracaso.
- ¿Cuál es su mirada de lo que ha sido este gobierno?
- A mí me dio una gran felicidad cuando Boric le ganó a Jadue la primaria de la izquierda. Creo que eso me tranquilizó porque nos evitamos lo peor. Pero digámoslo claro: es un personaje que no ha tenido un rol protagónico como Presidente, más bien en el área chica, de los llamados por teléfono y las relaciones. En esa área se movió Boric.
- ¿A qué se refiere con el área chica?
- A las relaciones personales, con este, con este otro, en las redes de la izquierda se ha movido muy bien, creo. Pero este gobierno se sostuvo y se evitó una tremenda debacle, gracias a tres o cuatro personas: Tohá, Marcel, el ministro de Economía. Y no hay mucho más.
- ¿Usted es de los que alaba la gestión de Marcel o la critica?
- El ajuste económico que hizo Marcel fue tremendo y era absolutamente indispensable. Ahora estamos en los márgenes, pero el riesgo es que la deuda pública se hubiese ido al 100%. Estamos en 40 y tanto, pero eso ya es un tremendo logro con un gobierno de izquierda, después de todo lo que habíamos pasado, un desgobierno, porque el gobierno de Piñera terminó en octubre del 19.

“La campaña (de Matthei) ha sido pésima”
- Volvamos a Kast. ¿Usted cree que él va a ser el próximo Presidente de Chile?
- La única información que uno tiene son las encuestas de opinión. Y las encuestas de opinión dicen que está liderando. Ahora, que sea definitivo… tendría que cometer un error.
- Quedan poco más de 70 días de campaña. ¿Se puede dar vuelta una campaña? Sinceramente…
- Ha pasado. Lo veo muy difícil, pero lo creo posible. Y creo que es bueno pensar que es posible.
- Y si nos vamos a la campaña de Matthei. Hay quienes dicen que la propia candidata ha sido incapaz de administrar su propio comando, y que ha cometido una serie de errores. ¿Cree que el día de mañana sería capaz de gobernar el Estado?
- Es cierto, estoy de acuerdo. Yo creo que la campaña ha sido pésima, que se han cometido errores y lo que se castiga son los errores, más que las virtudes.
- ¿A quien les atribuye los errores? ¿A la candidata o a su comando?
- Es lo que se ve. Y claro, yo creo que también se ha puesto en duda la capacidad de liderazgo de Evelyn. Pero pareciera que en este instante está lanzando una campaña más orientada a las ideas.
- Usted critica que Kast tiene pocas medidas, poca profundidad, Matthei ha mostrado lo contrario: 500 personas trabajando en el programa. Sin embargo, el resultado en las encuestas no se condice. ¿Qué pasa ahí?
- Lo que mira el electorado político son cuestiones mucho más simples. Y ese es un riesgo de la democracia. La democracia es una decisión en blanco y negro y que se toma sobre la base de sensaciones muy superficiales. Por eso no es raro que en la campaña el que no comete errores es el que le va mejor. Ahora, Kast ha aprendido de la Convención. En la Convención Kast cometió todos los errores que podía haber. Tenía mayoría, había habido una propuesta de consenso sumamente extensa que iba de la derecha hasta la izquierda, su propio representante había estado de acuerdo. Y cometió errores gravísimos en qué: Yo soy católico practicante, pero creo que Chile, siendo mayoritariamente católico, no puede ser políticamente católico. Con pequeños cambios de ese tipo creo que se farreó una gran oportunidad.
- Pero ese palito ya no lo está pisando…
- No.
- ¿Cree que ahora abrió un flanco con su propuesta “Chao préstamo”?
- Mi opinión es que... a ver, iba a decir mala leche. Creo que no es leal el argumento (de Kast) porque la reforma de pensiones fue muy importante. Las pensiones en Chile estaban totalmente desfinanciadas. El financiamiento se hace sobre la base de un esquema parecido al que existía y no solamente va a producir un efecto muy positivo en que por fin va a poder acumular una gran cantidad de recursos suficientes como para financiar las pensiones, evitando los costos fiscales, sino que además va a haber mucha más plata en el mercado de capitales. Entonces eso para mi gusto es tan valioso, que argumentar que el delta que va bajo administración pública y que sirve para coparticipar en el financiamiento de los que no tienen ahorro previsional, me parece que no es justo, porque la reforma en general yo creo que es una gran reforma. Yo creo que el mayor aporte que hizo la política chilena durante este gobierno fue este. Y lo hizo el Parlamento, porque ahí se negoció esa reforma.
- La semana pasada el economista Jorge Desormeaux, marido de Evelyn Matthei, dijo que habría menos paz social en un eventual gobierno de Kast que de Matthei. A la hora de votar, ¿cuánto pesa la oposición de la calle?
- Es que a me cuesta crear una relación causa-efecto. Lo de Jorge Desormeaux me parece que es relevante como tesis, pero la causalidad no la tengo muy clara. Vale decir, qué es lo que hace que la calle se desordene.
- ¿No lo asocia a un grupo político?
- La calle se desordena en la medida en que la presidencia, en particular el Gobierno, empiece a dar flancos. Mi impresión es que las barras bravas son más importantes que la calle política. Hoy día no tengo la impresión de que haya espacio, salvo errores garrafales, para que se desboque la calle.