Con 26 años, Matías Pérez -ingeniero civil UC- fue el speaker más joven. Habló de su startup de IA que acaba de levantar US$ 14 millones, que -con crecimiento explosivo- hoy está en Chile y México, y ya suma 1.700 clientes. “Nosotros convertimos conversaciones en resultados”, comenzó su exposición. “Vendemos agentes de inteligencia de artificial que se meten en tus flujos de venta, que agendan por ti una cita médica, o venden productos de e-commerce”.
Contó que en apenas ocho meses pasaron de cero a US$ 1 millón de ingresos recurrentes anuales. Hoy, en un año y ocho meses, ya llegan a US$ 6 millones. Es un equipo joven, cuyos tres fundadores son sub-27, todos con alguna experiencia previa en emprendimiento. “Nosotros tres somos unos ‘don nadie’, que sabemos mucho que no sabemos nada”, dijo; y reconoció eso como una fortaleza. Porque esa ingenuidad juvenil de pensar que todo es posible -“que hacer una startup es facilísimo, aunque no sea así”-, los hace avanzar.
Empezaron a vender desde el primer día, comentó Pérez, porque lo que más les interesa es conocer bien a sus clientes y sus necesidades. “Hoy tenemos un ciclo corto de feedback entre los clientes y nosotros”. Y continuó: “Hay una frase en inglés que me gusta mucho: eat your dog shit. Que hace alusión a que uses tu propio producto, te hagas cargo de sus problemas, de los clientes”.
“Hay una frase en inglés que me gusta mucho: eat your dog shit. Que hace alusión a que uses tu propio producto, te hagas cargo de sus problemas, de los clientes”.
A su juicio, una startup debería revisar su ICP (Perfil de Cliente Ideal) cada tres meses. Y sobre la base de eso, armar nuevas estrategias. “Para hacer eso, nosotros tuvimos que levantar capital... Aunque para Vambe el foco es siempre el negocio y sus métricas, concentrarse más en eso que en cómo levantar dinero”.
Hacia el final, dijo que es importante evitar el burn-out. Y lanzó una frase que a él siempre lo motiva: “Es un privilegio estar cansado del trabajo por el que una vez rogaste al universo”.