Brasil en alerta por riesgos comerciales y políticos de la debacle en Argentina
Advierte impacto comercial por caída de las exportaciones desde la nación trasandina y en el acuerdo UE-Mercosur.
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A pesar de que no se espera nada desestabilizador, una crisis cambiaria en Argentina sí afectará a Brasil, reconocen reservadamente asesores del presidente Michel Temer. Innegablemente habrá impacto comercial, ya sea por el riesgo de una desaceleración de las exportaciones de los productos manufactureros en el país vecino, ya sea por reflejos en el delicado ajedrez de las negociaciones del acuerdo Unión Europea-Mercosur, cuya dinámica puede cambiar en una fase final.
Además de las anodinas declaraciones oficiales, que siempre buscan minimizar la posibilidad de contagio, el gobierno brasileño sí está preocupado por la situación en Argentina. Obviamente no hay unanimidad en el diagnóstico, pero quien más acompaña el asunto en Brasilia tiene las siguientes evaluaciones: en su intento por hacer un ajuste gradual, el presidente Mauricio Macri y su equipo económico confiaron mucho en variables sobre las que no tienen control, demostraron cierto desconocimiento en su acercamiento con el Fondo Monetario Internacional, quemaron su capital político conquistado en las elecciones legislativas de octubre del año pasado y renovaron las esperanzas del peronismo de volver a la Casa Rosada en 2019.
Socio comercial
Argentina representa entre 12% y 14% de todo el superávit comercial brasileño en 2017 y en el primer cuatrimestre de 2018. En las transacciones bilaterales, Brasil sólo tiene un saldo mayor con China.
La sequía en Argentina, que llevó a la quiebra de buena parte de la cosecha de soya reducirá en US$ 5 mil millones los ingresos del campo. Eso agrava el déficit comercial del país, que ya había alcanzado los US$ 8.500 millones el año pasado. El alza del petróleo en el mercado internacional complica aún más porque, desde fines de la década pasada, Argentina se convirtió en una importadora de energía.
Todo eso, además del aumento de las tasas de interés en EEUU, eran variables no controladas por el gobierno y que dificultaron el ajuste gradual perseguido por Macri desde que asumió el poder. En la visión de las autoridades brasileñas, el peso continúa sobrevalorado y necesitaría depreciarse más de 10% a 15% para dar competitividad a la economía local. Hay dudas sobre la eficacia de la estrategia de vender grandes cantidades de Lebacs, los títulos de deuda a corto plazo emitidos por el banco central argentino, lo que sólo habría dado munición a inversionistas en fuga.