La Comisión Europea dio ayer el visto bueno a la compra de la cervecera SABMiller por parte de AB InBev con la condición de que la primera venda casi todo su negocio en Europa.
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, ha señalado que es muy importante asegurar que la operación no reduzca “la competencia en los mercados europeos de cerveza”.
AB InBev, dueña de cervezas como Budweiser, o Stella Artois, ya había acordado la venta de varias marcas europeas propiedad de SABMiller, como la italiana Peroni, a la cervecera japonesa Asahi para facilitar la aprobación. En este paquete se encontraba todo el negocio de SABMiller en Francia, Italia, Holanda y Reino Unido.
Además, la empresa belga también se desprenderá de los negocios de SABMiller en la República Checa, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.
La Comisión ha destacado que el visto bueno para la compra “está condicionada al total cumplimiento” de estos compromisos.
Vestager ha subrayado que “incluso un pequeño incremento en el precio podría dañar considerablemente a los consumidores europeos”, que, según ha recordado “compran al año cerveza por unos 125.000 millones de euros”.
El gigante belga de la cerveza anunció en otoño del año pasado la compra de su rival británico por más de 71.000 millones de libras (unos 96.000 millones de euros entonces), en la que se convirtió en la cuarta mayor adquisición empresarial de la historia.