Los recortes de calificación crediticia vuelven a alcanzar a los países de la periferia de la zona euro. Esta vez ha sido Irlanda la víctima de esta oleada.
Los analistas de Standard & Poor's recortaron el ráting de Irlanda desde 'A-' hasta 'BBB+'. De esta forma, se sitúa sólo tres escalones por encima del del 'bono basura'.
La agencia estadounidense, en cambio, dio un mensaje algo más alentador, al modificar su perspectiva credicitia, desde 'negativa' a 'estable', de forma que S&P podría frenar sus rebajas.
En esta línea más tranquilizadora, S&P destacó que la actual perspectiva 'estable' refleja la "credibilidad de las pruebas de estrés promovidas por el BCE".
De acuerdo con los datos publicados ayer al conocerse el resultado de estos test de estrés, la banca irlandesa necesita 24.000 millones de euros (US$ 34.006 millones) de capital adicional. Esta cifra, según S&P, se sitúa dentro de sus previsiones, aunque, matiza, en la parte alta del rango.
Pocas horas antes de la rebaja de ráting por parte de S&P, la cámara de compensación independiente LCH.Clearnet decidió elevar de 35% a 45% los márgenes exigidos para adoptar posiciones en títulos de deuda pública irlandesa tras revisar los parámetros de riesgo de los bonos del Gobierno de Irlanda.