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Sebastián Edwards: “La situación aún es muy complicada, sólo los necios cantan victoria antes de tiempo”

En unos años, el fondo de rescate y los préstamos del BCE se agotarán de forma simultánea. Ésa será la hora de la verdad.

Por: | Publicado: Lunes 9 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Renato García Jiménez



Sebastián Edwards no es dado a especular. Cuando hace proyecciones es porque cuenta con bases sólidas y habitualmente acierta. Por eso, el pesimismo con que el economista y profesor de la Universidad de California (UCLA) está viendo la evolución de la crisis en Europa no deja de inquietar. Pese a un pequeño respiro en las últimas semanas, tras la intervención del Banco Central Europeo, advierte que el fantasma de la crisis volverá dentro de unos años a cobrar las cuentas pendientes. Y entonces “todo sugiere que vamos a enfrentar una situación muy difícil”.

El economista profundizará sobre estos riesgos durante el Seminario BICE 2012 ‘Saber no basta, entender es lo importante’, el martes 17 de abril en CasaPiedra.

- A esta altura se pueden sacar ya algunas lecciones de la crisis. La inyección de liquidez del BCE, por ejemplo, fue aplaudida por todos. ¿Tendrá algún costo?

- El BCE evitó una catástrofe en el corto plazo. Sin embargo, los efectos de mediano plazo son inciertos. De hecho, hay indicios de que, a pesar de la inyección sin precedentes de liquidez a 3 años (por 1 billón de euros), hay problemas serios con el costo de fondeo en España. La tasa de los bonos españoles ha subido a casi 6% en las últimas horas. Ese es un nivel insostenible y que se traduce en una alta probabilidad de reestructuración.

- ¿Entonces espera que la crisis volverá a agravarse?

- El programa de liquidez a los bancos es por tres años, los que van a pasar volando. Y después, ¿qué? ¿Más liquidez? ¿Inflación? Lo más probable es que durante estos tres años Portugal tenga que reestructurar su deuda; quizás, como lo planteé, tenga que hacerlo España. La verdad es que la situación aún es muy complicada, sólo los necios cantan victoria antes de tiempo.

- Otra lección parece ser que si se junta un fondo de rescate lo suficientemente grande se logra calmar a los inversionistas...

- Un fondo de rescate gigante puede calmar a los mercados en el corto plazo. Es una herramienta transitoria, que debe usarse mientras se hacen las reformas estructurales necesarias para ajustar la economía y generar un salto en la tasa de crecimiento. La historia, sin embargo, ha demostrado muchas veces que si los ajustes profundos no se hacen, el tamaño del fondo de rescate se vuelve irrelevante.

- ¿Las autoridades europeas han sido muy lentas para aumentar la dosis del rescate?

- Europa reaccionó con una lentitud abismante. Los errores son imperdonables y de principiantes. Entre los más importantes son haber reaccionado tarde y en forma tímida, con programas raquíticos y poco creíbles. El nuevo fondo de 700 mil millones de euros sólo dura dos años, lo que significa que a principios de 2015 vamos a ver simultáneamente una caída del fondo de rescate en 30%, y el fin del programa de liquidez del BCE. Todo sugiere que vamos a enfrentar una situación muy difícil.

- Hace unos meses, pensar en que un país dejara la zona euro generaba temores de un colapso regional. ¿Parece que el mercado ha tenido tiempo para hacerse a la idea?

- Bueno, eso era lo que pensaban los políticos, y muchos economistas. Pero algunos analistas académicos siempre planteamos que esa era una gran exageración. Al final, lo que importa es elegir la opción de menor costo. Y cuando hay gangrena, lo adecuado –aunque doloroso– es amputar. Hay que pensar con seriedad “amputarle” algunos países a la Zona del Euro. Pero hay que hacerlo bien. El problema es que la incompetencia mostrada por los políticos europeos sugiere que ese proceso sería mal manejado, lo que produciría costos importantes.

- La austeridad es otra medida para inyectar confianza. Hoy España está prometiendo disciplina fiscal durísima. Eso puede evitar la crisis de confianza del mercado, pero puede terminar de hundir a la economía...

- La pregunta es de qué tipo de austeridad estamos hablando. Hay que implementar reformas estructurales que reduzcan los desequilibrios y el endeudamiento de largo plazo, al mismo tiempo que se ponen en marcha políticas de corto plazo que apuntalen la demanda agregada. Esto es, hay que reformar los sistemas de seguridad social, pensiones, y salud. Estas reformas deben ser profundas y deben resultar en ahorros sustanciales en las próximas décadas. Al mismo tiempo, hay que tener una política fiscal que apoye a la demanda agregada en el corto plazo; vale decir una política expansiva en el próximo año ó 18 meses. El efecto neto de esta política de “twist fiscal” debiera ser una reducción importante en los niveles de endeudamiento. El problema es que no es fácil implementar este esquema de expansión ahora y ajustes en el futuro. La razón principal es que el mercado no cree en “promesas”. Al mismo tiempo, los políticos no quieren tomar las medidas legales que reducirían el déficit de largo plazo.


- ¿No será que el gobierno español está apostando a ser duro hoy para recuperar la confianza y suavizar la mano más adelante?

- El problema de los españoles es que tienen muy poca credibilidad. Se dieron una gran fiesta y no quisieron escuchar a aquellos que dijimos que la situación iba a estallar más temprano que tarde. Zapatero habló de ajustes y de reformas, pero hizo muy poco. Ahora Rajoy tiene que establecer credibilidad, y eso se hace a través de hechos, no de palabras. El problema es que si se le pasa la mano, puede descarrilar completamente a la economía.

- Pero el ajuste es algo que no debe dejar de hacerse. ¿Cuánto de eso ya se ha hecho, por ejemplo, en EEUU?

- La economía mundial es como un motor de varios cilindros. Algunos funcionan y otros no. El cilindro de EEUU empieza a caminar; con lentitud, pero lo importante es que está en marcha. Los consumidores han ganado en confianza y han comenzado a gastar en bienes durables. La industria automotriz tuvo un mes extraordinario en marzo. La recuperación es verdadera y mi pronóstico es que va a seguir en los próximos meses. La desaceleración china es más preocupante para países como Chile, que dependen fuertemente de la exportación de commodities.

- ¿Cuáles son los riesgos en el caso de China? 

- Los líderes chinos entienden que el país está entrando en una fase más compleja de desarrollo económico. La mano de obra ya no es tan barata, los bancos estatales son monopólicos e ineficientes, hay presiones políticas por diversos lados, y el mercado inmobiliario ha mostrado signos de desequilibrios. De ahí la decisión de hacer tres cosas: reducir la tasa de crecimiento a cerca de 7,5% por año, buscar un crecimiento que dependa de la demanda interna y no tanto de las exportaciones, y permitir que el yuan se fortalezca. Todo esto es bueno para China, aunque no tanto para la economía mundial, incluyendo a Chile.

- ¿Cómo afectará eso al mundo?

- Si uno analiza en detalle los mercados de metales descubre dos cosas: ha habido una importante demanda especulativa y de inversión, y tanto China como India han jugado un rol importante en sostener los precios elevados.El aumento reciente en las tasas de interés en EEUU implica que la demanda de metales por motivo de inversiones se reducirá.

Al mismo tiempo, la desaceleración de China e India reducirá la demanda industrial. Esta doble caída generará una moderación de precios de commodities. No veo un derrumbe, pero sí un ajuste importante.

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