La sustentabilidad de la economía griega volvió a quedar en duda, luego que la coalición de gobierno de se enfrascara en una dura disputa tras el cierre de la televisión y la radio estatal.
El primer ministro conservador Antonis Samaras enfrentó las críticas de sus socios socialistas (Pasok) y la Izquierda Democrática, aunque sus líderes señalaron que el gobierno debía permanecer unido.
Samaras defendió la medida y dijo que tras una reestructuración el canal ERT, cuyos 2.600 empleados fueron despedidos, volverá a emitir en septiembre. La entidad ha sido acusada de clientelismo político.
El cierre afectó a cuatro canales y 29 radios. Algunos periodistas de ERT tomaron el edificio de la radiodifusora y transmitieron a través de Internet. Los sindicatos llamaron a realizar hoy una huelga general.
La Comisión Europea cuestionó la efectividad de la medida, ya que las entidades se financian por un impuesto a las cuentas de luz, y no con dinero público.
Los rendimientos de los bonos griegos a 10 años han vuelto a superar el 10% luego que quedara en duda el cumplimiento del programa de privatizaciones heleno tras al reciente fracaso en la privatización de la empresa pública de gas DEPA.